Un Capítulo General es una sacudida que lanza a un compromiso de renovación. Lo está siendo también el que desde hace tres semanas se desarrolla en Roma, que hace el numero 55 en la historia de los agustinos recoletos. Ese compromiso los 40 hermanos capitulares lo quería sellar, en nombre de la Orden, delante del Papa. Ante él se dieron cita, en audiencia especial, la mañana del 20 de octubre, en compañía de los demás religiosos residentes en Roma.
A la audiencia acudieron emocionado y también nerviosos y escucharon con emoción las palabras que el Papa Francisco les dirigió: a ellos, al millar de frailes dispersos por el mundo y al resto de la gran familia agustino-recoleta.
“El abrazo de la Misericordia”
El sentimiento que les embargaba era de agradecimiento, que no pudieron menos de manifestar al Pontífice. Quisieron representarlo plásticamente en un cuadro venido de Filipinas, pintado expresamente para la ocasión por un agustino recoleto, el hermano Jaazeal Jakosalem, conocido como “Tagoy”.
Jakosalem ya era conocido del Papa, que en la catedral de Manila había bendecido el icono hecho por él a petición de la Conferencia de Religiosos de Filipinas. Quizá lo conociera también por algunos dibujos suyos utilizados como ilustraciones por L’Osservatore Romano, el periódico oficial de la Santa Sede. A pesar de ello, se ha visto impactado a la vista de esta obra tan original como profunda.
Junto con el hermano Tagoy, firma este óleo de 50 x 75 cm, un discípulo suyo, de nombre Melvin Lañas; éste es seglar y graduado en la Universidad recoleta de Cebú. A ambos hay que atribuir también el título, directo y expresivo: Embracing Mercy, que podríamos traducir por “El abrazo de la Misericordia”.
Lo que en él se representa lo explica el propio Jakosalem en la leyenda que acompaña a la pintura:
“El cuadro muestra la imagen del papa Francisco abrazando al Niño Jesús. Éste tiene los rasgos de Aylan Kurdi, el niño sirio de tres años que murió ahogado en las playas de Turquía cuando huía con su familia. Su imagen atrajo la atención de todos y se convirtió en icono representativo de la crisis europea de los refugiados.
“El abrazo de la Misericordia” simboliza la actitud “materna” de la Iglesia en el problema de los refugiados; actitud que el Papa vive personalmente al asumir su defensa. Frente a esta crisis global, la Iglesia abraza los muchos rostros de la injusticia causados por la pobreza, el abandono y la indiferencia de los países ricos”.
La historia de la OAR, en manos del Papa
No menos simbólico que el regalo del cuadro ha sido el de la Historia de los Agustinos Recoletos, escrita por fray Ángel Martínez Cuesta. Son dos gruesos volúmenes de alta investigación y lectura amena que recogen medio siglo de trabajo del historiador de la Orden. El mismo Martínez Cuesta ponía en manos de Francisco un ejemplar preciosamente encuadernado con estuche a juego.