Del 29 al 31 de mayo se celebró en las ciudades belgas de Turnhout y Lovaina el Coloquio Internacional Ministerium Sermonis sobre los Sermones ad populum de san Agustín. El Coloquio fue organizado por el Departamento de Historia de la Iglesia, Teología y Estudios literarios latinos de la Universidad Católica de Lovaina, en colaboración con el Comité Científico de la Series Latina del Corpus Christianorum (Editorial Brepols), la Revue bénédictine (de la abadía benedictina de Maredsous) y el Instituto Histórico Agustiniano con sede en Heverlee (Lovaina).
Turnhout es una ciudad que se encuentra a una hora y media de Bruselas y es conocida por su belleza y por los monumentos que alberga, como el castillo de los Duques de Brabante, la Iglesia de san Pedro y su museo de las Beguinas. Después de hacer el trayecto en tren desde Bruselas, los participantes fuimos recibidos por una intensa lluvia.
Los nuevos sermones, centro de atención
Puntualmente, el coloquio comenzó con el saludo de Rita Beyers (Editorial Brepols) y de Mathijs Lamberigts, decano de la Facultad de Teología de la Universidad Católica de Lovaina. Como no podía ser menos, las primeras conferencias corrieron a cargo de dos de los descubridores de los nuevos sermones de san Agustín (dados a conocer el 15 de abril de este año, los así llamados, sermones Erfurt).
Uno de ellos, Clemens Weidmann, hizo una interesante presentación general de los sermones, valiéndose de fotografías e imágenes de los sermones y del libro que los contiene. Posteriormente, Dorothea Weber, otra de las descubridoras, habló sobre el contenido de los nuevos sermones, así como los argumentos que comprueban su autenticidad.
Además de ser muy interesante esta primera sesión, estuvo presidida por otro “descubridor” de sermones de san Agustín, el Prof. François Dolbeau, descubridor en la década de los noventa en la biblioteca de Maguncia, de los sermones que desde entonces llevan su nombre.
El resto de la primera jornada de estudio estuvo marcada por las excelentes presentaciones de Luc De Conick (las nuevas ediciones crítica de los sermones), Thomas Martin (El sermón 163, la predicación como “modus inveniendi”) y Paul Tombeur (los nuevos medios informáticos para el estudio de san Agustín).
El primer día finalizó con una visita al museo de las beguinas de Turnhout y con cena ligera ofrecida por la casa editorial Brepols en la misma sede de la editorial, el emblemático y antiguo convento de las beguinas del Begijnhof. La cena sirvió también como inauguración de las nuevas instalaciones de la editorial, una vez hechas las reformas pertinentes.
El segundo día fue sumamente intenso, con las conferencias de reconocidos y prestigiosos estudiosos. Reunión de reconocidos estudiosos
El segundo día fue sumamente intenso, con las conferencias de reconocidos y prestigiosos estudiosos como Hildegund Müller (sobre los comentarios al evangelio según san Juan), Hubertus Drobner (los sermones de Navidad y epifanía), Paul van Geest (el sermón 23 y la teología apofática), Anthony DuPont (los sermones antipelagianos y la gratia fidei), Robert Dodaro (el sermón 302 y la no violencia), Johathan Yates (sermones 168 y 333, y la cuestión antipelagiana), V. H. Drecoll (el sermón 154A en el contexto de la predicación agustiniana en Cartago), P.-M. Bogaert (los cánticos bíblicos en la homilética africana), Gert Partoens (el uso homilético de Fil 3, 3-16).
El día terminó con una elegante cena de gala ofrecida por la editorial Brepols, en donde los asistentes disfrutamos de la delicada cocina belga, así como del cuidado exquisito de la ambientación y de los detalles en la mesa, elemento que alguno señaló como parte integrante de la cultura de Bélgica.
El tercer día todos los asistentes al Coloquio nos trasladamos desde Turnhout a Lovaina (Leuven en nederlandés) recorriendo la hermosa campiña belga, momento de expansión, de convivencia con los participantes del Coloquio y de preparación para la última jornada de trabajo.
Las conferencias se presentaron en el salón ‘Louis Janssens’ del Colegio del Espíritu Santo de la Universidad Católica de Lovaina. Ahí tuvimos la oportunidad de asistir a las conferencias de Isabelle Bochet (la resurrección y la polémica contra Porfirio en los sermones 240-243), Eric Rebrillard (los sermones sobre el culto de las estatuas) y Hans Van Oort (los judíos y el judaísmo en los sermones de san Agustín).
El Coloquio terminó con una comida ofrecida por la Universidad Católica de Lovaina, en un elegante hotel junto al conocido ‘Colegio del Papa’ de Lovaina. Al final del encuentro, todos los que asistimos coincidimos en el alto nivel académico que el mismo había tenido, ya que estuvieron presentes en el coloquio las más reconocidas autoridades del mundo agustiniano europeo, pues aunque no presentaron ninguna conferencia estuvieron también presentes, entre otros, François Dolbeau, de quien ya hemos hablado, P.-M. Hombert, Bernard Bruning.
Encuentro y convivencia internacional
Es preciso decir que el Coloquio y así lo afirmó Hubertus Drobner, fue una “Babel”, pues las conferencias se presentaron en diversas lenguas, la mayoría en inglés, pero también hubo conferencias en francés y alemán. Durante los recesos se hablaba nederlandés, inglés, francés, alemán y algún despistado, el italiano. Poco más y olvido el español.
Acabado el Coloquio pude disfrutar de la acogida y de la hospitalidad de la comunidad de Agustinos de Heverlee un barrio de las afueras de Lovaina. Ahí tuve la oportunidad de visitar el Instituto Histórico Agustiniano y su excelente biblioteca. El domingo, antes de volver a Roma, pude concelebrar en una original y muy espiritual misa en nederlandés, que estuvo acompañada por un excelente coro polifónico, una pequeña muestra del delicado y sensible espíritu artístico que posee el pueblo belga.