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José Ramón Pérez: “En Venezuela cada vez resulta más difícil impartir educación según los valores cristianos”

Pregunta.- ¿Qué supone la reelección como prior provincial?
R.- Supone preocupación, trabajo, responsabilidad y temor. Más que un cargo, es una carga que los hermanos han puesto sobre mí, y que asumo con responsabilidad por amor a ellos, en estos momentos delicados que vive la Provincia. Somos menos, con más años y con más trabajo. Hoy como ayer, necesitamos discernir y asumir con generosidad dónde y cómo el Señor quiere que estemos presentes. No son tareas fáciles. No quisiera defraudar la confianza que los hermanos han puesto en mí. Leyendo a san Agustín he aprendido que la autoridad es un servicio de amor, y que cuanto más alto se está, más hay que servir y más siervo hay que hacerse. Estos días en los momentos de oración miro a Jesús en la cruz y le digo que he aceptado esto, porque Él aceptó la cruz, y le pido que me ayude a dar la vida como Él.

Cambios

P.- ¿Cuáles son las directrices más importantes del capítulo que acaba de terminar?
R.- Básicamente dos: continuar el proceso de reestructuración y comprometer a todos los religiosos en la promoción y formación de las vocaciones.

P.- ¿Qué se pretende con la reestructuración de la provincia?
La reestructuración es un proceso necesario e inevitable que nos permitirá: vivir con fidelidad y alegría nuestro carisma, dar una mayor calidad a la vida comunitaria y prestar un mejor servicio a la Iglesia.

P.- ¿Qué propondría para que la Orden viviera su carisma y renovara el compromiso con la misión evangelizadora?
En primer lugar, que todas las comunidades tuvieran al menos cuatro religiosos; en segundo lugar, que cada comunidad atienda un solo ministerio, aunque en el caso de las comunidades educativas ayuda mucho en todos los sentidos atender también un ministerio parroquial. Y en tercer y último lugar, que cada provincia tenga algunos ministerios de misión: de misión ad gentes o de misión urbana entre los cinturones de miseria presentes ya en muchas ciudades.

P.- ¿Por qué son una misma Provincia las comunidades de Perú, Venezuela y España?
Cuando en 1948 se crea la Provincia, la mayoría de sus religiosos y ministerios estaban en Venezuela. A ellos se unieron las casas y religiosos del Perú, porque la fundación de la vicaría peruana se había hecho unos años antes, a partir de 1943, con religiosos y recursos procedentes de Venezuela. En España, se le asigna a la nueva provincia el monasterio de San Millán, como seminario que garantice el cubrir la demanda de religiosos para atender los ministerios de aquellas vicarias americanas, y su formación. Años más tarde se abrirán los seminarios de Logroño y Salamanca, y se trasladará la curia provincial de Caracas a Madrid.

Vocaciones

P.- ¿Cómo se ha planteado la pastoral vocacional en las tres áreas geográficas de la Provincia?
Suscitar, acompañar y formar las vocaciones es una necesidad prioritaria en la Provincia y en la Iglesia. A lo largo del trienio se va trabajar en crear y potenciar la cultura vocacional, de manera que toda pastoral de nuestros ministerios sea vocacional. Queremos que los laicos se integren más -algunos ya lo vienen haciendo- en la pastoral vocacional. Por otra parte, se ha determinado nuevamente dedicar dos religiosos a la pastoral vocacional tanto en Perú como en Venezuela a tiempo completo; y uno con dedicación preferente en España. Además se va a fortalecer la figura del orientador vocacional en cada comunidad de la Provincia, al que ayudará un equipo de laicos.

España

P.- ¿Qué significa San Millán para los agustinos recoletos?
San Millán está unido a los agustinos recoletos desde 1878 que nos hicimos presentes allí, y más a la provincia de San José, que ha nacido en torno al monasterio, y que lo siente como su casa madre. Es en San Millán, con motivo del capitulo general de 1908, cuando la entonces congregación de agustinos recoletos se organiza como Orden: se restablece la vida comunitaria y se impulsa tanto la oración como el apostolado misionero. San Millán nos recuerda la importancia de la vida fraterna, es una llamada a la contemplación y a la interioridad, y sobre todo es un nuevo areópago para la evangelización de la cultura. San Millán es la puerta que nos abre al mundo.

Perú

P.- ¿Cómo es que tres religiosos de la provincia han sido nombrados obispos en Perú?
El Santo Padre nombró a Mons. Emiliano Cisneros obispo de la Prelatura de Chota. Al ser nombrado Mons. Emiliano obispo de Cajamarca se nombró a Mons. Carmelo Martínez obispo de la Prelatura de Chota. Posteriormente, al ser nombrado Mons. Emiliano obispo de Chachapoyas y Mons. Carmelo de Cajamarca se nombró a Mons. Fortunato Pablo obispo de la Prelatura de Chota.. A petición del Nuncio en Perú, la Provincia en su día creyó conveniente no dejar desasistidos, tanto a Mons. Emiliano como a Mons. Carmelo, cuando asumieron el ministerio episcopal de esas diócesis, que estaban atravesando momentos críticos y delicados, al menos mientras los problemas se enrumbaban un poco, conscientes de que la mayor dificultad de un fraile obispo es vivir sólo y privado de la vida fraterna. El obispo de Chota cuenta con una comunidad que le apoya en la emisora de radio, en los proyectos sociales, en los cursillos de catequistas y en la parroquia Santa Mónica a nuestro cargo.

P.- ¿Qué necesidades tiene ahora la misión andina de Chota en Perú?
Fundamentalmente tres: la atención a Radio Santa Mónica con personal religioso y laico cualificado, la gestión de proyectos de ayuda social y, sobre todo, las vías de comunicación, que siguen siendo deficientes, por llamarlas de alguna manera.

Venezuela

P.- ¿En que medida está afectando la actual situación socio-política a los religiosos que desarrollan su labor en las parroquias y colegios de Venezuela?
Se vive en un clima de inseguridad e incertidumbre total, al no saber qué va ocurrir o que se le va ocurrir al presidente mañana. La situación afecta más a los colegios que a las parroquias. El gobierno es consciente de que el éxito y la continuidad de la revolución que intenta implantar según el modelo comunista cubano, depende de la educación de las nuevas generaciones. Como no tiene estructuras ni personal para asumirla, necesita por ahora de la educación privada a la que intenta bien doblegarla a sus criterios revolucionarios llamados bolivarianos, bien asfixiarla económicamente controlando las pensiones y subiendo los sueldos de los docentes. Cada vez resulta más difícil impartir educación según los valores cristianos. En las parroquias de momento hay paz y no hay mucha intromisión, pero los sacerdotes no pueden hablar públicamente de política ni menos criticar al gobierno o denunciar la falta de libertad u otros abusos. Está intentando, sin mucho éxito, crear una iglesia paralela oficial, nacional y adepta al régimen.

Perfil biográfico de José Ramón Pérez

Ingresó en la Orden en septiembre de 1971, en el seminario San Agustín de Logroño. Profesó en el convento de Monteagudo (Navarra) el 13 de agosto de 1979. Fue ordenado sacerdote en el monasterio de San Millán de la Cogolla, el 26 de agosto de 1984. Cursó los estudios teológicos en el instituto Gaudium et Spes de Salamanca, centro afiliado a la Universidad Pontificia. En el Instituto Patrístico Agustinianum de Roma estudió teología y ciencias patrísticas, obteniendo el grado de licenciatura.

De noviembre de 1984 a julio de1999 ha residido en Venezuela donde ha alternado labores de docencia con labores parroquiales. De 1999 a 2002 fue destinado a Roma para cursar estudios superiores. De 2002 a 2005, a San Millán como viceprior del monasterio y consejero provincial. Desde 2005 reside en Madrid. Durante casi doce años ha sido formador y maestro de profesos en las casa de formación de la provincia en Venezuela, y consejero de esa vicaria en dos periodos. El capitulo provincial celebrado en San Millán en julio del año 2005, lo eligió como prior provincial, cargo para el que ha sido reelegido estos días para un segundo trienio.

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