A las once de la mañana hacían su entrada en el recinto conventual el Nuncio de Su Santidad en Kenia, el Arzobispo Alain Paul Lebeaupin, acompañado por el obispo diocesano de Wote Makueni, Martín Kivuva Musonde y el obispo de Kitui Antonio Muiya. El Superior General de la Orden de Agustinos Recoletos, Javier Guerra Ayala, había llegado dos días antes junto al religioso agustino recoleto Raul Buhay que, desde Filipinas, llegó no sólo por esta causa sino para impartir un curso de formación a las jóvenes novicias y postulantes. La presidenta federal Sor Maria Cruz Aznar, acompañada de Sor Beatriz Álvarez, se encontraba en la comunidad desde hacía dos semanas. El párroco John Makewa y una veintena de sacerdotes quisieron participar en el acto. Acudió un buen grupo de religiosas y alrededor de un millar de fieles. Es de destacar la presencia del cónsul de España en Nairobi, Bruno García Dobarco, con su esposa.
El nuncio pronunció una homilía en la que expuso el sentido de lo que se estaba celebrando La madre María Cruz Aznar, presidenta federal de las agustinas recoletas explicaba que “el padre General y el padre Buhay estuvieron en la celebración y en la refección junto a los obispos, como representantes de nuestra Orden y como personas especialmente vinculados a la comunidad. Nos vimos muy contentas de su presencia y la agradecimos profundamente, por lo que significaba para nosotras y para las jóvenes que se inician en conocer la Orden”.
El rito de bendición y consagración se desarrolló con exactitud. El coro de la parroquia de Wote interpretó los cantos en lengua nativa. La letanía de los santos, con un ritmo y una entonación adecuada para grandes momentos, resultó de una emoción especial.
Vida contemplativa
El nuncio pronunció una homilía en la que expuso el sentido de lo que se estaba celebrando. Del mismo modo en las intervenciones del nuncio, los obispos y el superior general después de la eucaristía quedó clarificada ante el pueblo la función eclesial de un monasterio de monjas contemplativas y el sentido de su peculiaridad claustral. También la madre presidenta federal dirigió la palabra al público para dar las gracias a los presentes y presentar al pueblo la comunidad y su razón de ser, de estar y de establecerse en el lugar.
Tras las cuatro horas de eucaristía y bendición, el millar de personas congregadas para en el acto participaron en la comida. Las personas destacadas pudieron sentarse a comer en la galería del nuevo convento. El patio central se vio lleno de familiares de novicias y postulantes, con gran alegría de las mismas. La comunidad, que se tuvo que multiplicar para atender a tanta gente, al final pudo hacerlo en el refectorio.