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Un paso más para la revisión de las Constituciones

Con vistas al próximo capítulo general, la víspera de la solemnidad de Epifanía, día 5 de enero del año en curso, el prior general, Javier Guerra, ha dirigido una carta de cinco páginas a todos los religiosos de la Orden.

La encabeza con una reflexión de san Agustín sobre la relatividad y ambigüedad del tiempo, que al General le sirve para felicitar el año apenas comenzado, así como para recordar los acontecimientos más importantes acaecidos durante el año 2008. Junto con ellos –añade “cada comunidad y aun cada religioso debe incluir todo aquello que se ha hecho con amor, aunque sean gestos sencillos, porque son obras que llevan el sello del Espíritu”. Lo hecho con amor “no pertenece al pasado; es presente y tiene un toque de eternidad”.

Del pasado que se torna presente bajo la mirada de Dios, pasa después Guerra a mirar el futuro inmediato. Enumera, en primer lugar, varios acontecimientos que tendrán lugar en este año 2009, como son los cinco capítulos provinciales, los 100 años de la Restauración de la Provincia de Santo Tomás de Villanueva y el 50º Aniversario del nacimiento de la Provincia de Santa Rita de Casia.



El Consejo nombró una Comisión Técnica, a la que se le encomendó la tarea de realizar el estudio de los materiales recogidos y elaborar textos alternativos de los números constitucionales cuestionados por los religiosos.
Lo hecho hasta ahora

Y, a continuación, aborda el tema central de la carta, que no es otro que la revisión de las Constituciones. Resume, en primer lugar, el recorrido hecho en los últimos cuatro años, desde que el Capítulo General de 2004 “recibió una voz, una llamada interior y la luz de una estrella que nos manifestó la voluntad del Verbo encarnado”. Prolongando el paralelismo con el misterio de Epifanía, en el que está ambientada la carta, Javier Guerra se muestra entusiasta: “Nos sentimos animados a levantar la cabeza, a buscar más lejos, a abandonar las certezas del pasado, porque a veces esta luz, que durante tantos años ha guiado con seguridad, palidece y no ilumina suficientemente para caminar con la fidelidad que exigen nuestros tiempos”.

Tras hacer un elenco de los varios documentos enviados a la Orden y las principales medidas tomadas para activar el proceso de revisión, recuerda el General cómo, el pasado 31 de marzo, concluía la fase de envío de aportaciones a la llamada Comisión Coordinadora. Enseguida, esta Comisión organizó los materiales recibidos y los envió a Roma, al Consejo General.

Según estaba previsto, el Consejo nombró una Comisión Técnica, a la que se le encomendó la tarea de realizar el estudio de los materiales recogidos y elaborar textos alternativos de los números constitucionales cuestionados por los religiosos. Dicha Comisión estaba formada por frailes de distintas provincias y diversas procedencias, tanto de España como de América. Para llevar a cabo su trabajo, se dio cita en el convento noviciado de Nuestra Señora del Buen Consejo, en Monachil (Granada), y allí estuvo reunida desde el día 22 de septiembre hasta el 9 de octubre. En este tiempo, dice Guerra, “ha realizado con entusiasmo y tesón la tarea encomendada, encarnando y dando pistas a las propuestas”. El informe se lo pudo entregar al General el día 29 de noviembre en San Millán de la Cogolla.



Todas las sugerencias, independientemente de su procedencia, deberán llegar a Roma antes del 15 de mayo de 2009.
La nueva etapa

La carta del Prior General presenta a todos los agustinos recoletos el documento que le ha sometido la Comisión Técnica. Documento informático que recoge el texto completo de las Constituciones de la Orden, más el de la Regla de san Agustín, en latín y español, y el de la Forma de vivir de los primeros recoletos, aprobada en 1589. En todos estos elementos se han incorporado, en letra negrita, las distintas aportaciones hechas por los religiosos y comunidades.

Javier Guerra constata que la primera etapa “ha contribuido a un mejor conocimiento de nuestro texto constitucional y a una vivencia más comprometida de nuestro carisma”. Cree, sin embargo, a juzgar por las pocas colaboraciones habidas, que no se ha puesto de manifiesto “el esfuerzo realizado para recoger la identificación de los números de las Constituciones y del Código adicional que necesitan clarificación, mejora, cambio o supresión, formulando posibles alternativas a los mismos”.

Por todo ello, y pensando en el Capítulo General de 2010, considera “obvio que, hasta su celebración, hay oportunidad de subsanar las posibles deficiencias”, por lo que invita a todos a aportar más y más sugerencias: “puesto que todavía queda algún tiempo, vamos a aprovecharlo, invitando y animando a todos los religiosos a contribuir de manera organizada a la mejora de lo que hasta ahora se ha conseguido”.

Y concluye su carta indicando cómo proceder a lo largo de esta etapa que se abre. Por lo general, las aportaciones deberán enviarse a los respectivos priores provinciales, que las estudiarán y harán llegar después a la Curia General. Los Institutos de la Orden también deberán estudiar el texto presentado por la comisión técnica para, luego, entregar al Consejo sus aportaciones. Todas las sugerencias, independientemente de su procedencia, deberán llegar a Roma antes del 15 de mayo de 2009.

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