El padre Jenaro Fernández recibió un homenaje en Roma, el pasado 17 de enero, con motivo del centenario de su nacimiento. La capilla de Nuestra Señora de la Consolación de la Curia General acogió una eucaristía de acción de gracias por su vida y por su servicio a la Orden y a la Iglesia.
La celebración fue presidida por S.E. Gianfranco Agostino Gardin, OFM Conv. Secretario de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica. Concelebraron el prior general, Javier Guerra Ayala, consejeros, la comunidad de la curia y religiosos del Colegio San Ildefonso de Via Sistina y de la parroquia Nuestra Señora de la Consolación de Tre Pini. Asistieron muchos fieles, entre ellos un buen número que conocieron personalmente al padre Jenaro y que han declarado como testigos en el proceso.
En la homilía, Mons. Gardin invitó a la búsqueda de Dios, a escuchar la Palabra y al seguimiento de Jesús y propuso como modelo al padre Jenaro, que se distinguió por ser un agustino recoleto de intensa oración y admirable disponibilidad en el servicio eclesial. En la celebración un grupo filipino cantó la misa de Angelis. Al final se cantó la Salve y se rezó la oración por la beatificación del padre Jenaro.
Presidió la Eucaristía el prior provincial de la Provincia de Santo Tomás de Villanueva, Miguel Ángel Hernández, y concelebraron cerca de veinte sacerdotes. Celebración en el pueblo natal
En la villa navarra de Dicastillo, España, cuna del padre Jenaro Fernández, también se celebró el Centenario de su nacimiento. El domingo 18 de enero, la eucaristía dominical revistió especial solemnidad, se quería agradecer la vida y el testimonio de este fraile agustino recoleto, que con su sencillez ha dejado huellas de santidad por los lugares donde ha pasado.
Presidió la Eucaristía el prior provincial de la provincia de Santo Tomás de Villanueva, Miguel Ángel Hernández, y concelebraron cerca de veinte sacerdotes, entre ellos el párroco, D. Enrique Arellano, el prior provincial de San José, José Ramón Pérez, el provincial de la Consolación, Alfonso Lorda, y agustinos recoletos venidos de varias comunidades de España.
Asistieron numerosos familiares de los religiosos que viven en diferentes localidades de Navarra y los familiares del padre Jenaro Fernández. Vive una cuñada de 102 años, que no pudo asistir a la celebración por razones de salud y edad, y numerosos sobrinos. Hay que destacar la participación del coro parroquial, formado por un nutrido grupo de hombres y mujeres que animó la celebración con cantos a dos y tres voces.
En su homilía Miguel Ángel Hernández destacó la vocación, disponibilidad y santidad del padre Jenaro. “Quien se sumerge en las profundidades del corazón del padre Jenaro, a través de sus escritos, sale convencido y determinado a seguir la estela de santidad que él nos dejó… El santo es siempre el noticiero de Dios, el ciudadano de dos mundos, el embajador del Espíritu en medio del materialismo, el encargado de recordar a Dios en este valle del olvido y de sembrar la nostalgia de lo Absoluto. Esa es la sensación que uno tiene cuando se sumerge en la vida y obra del padre Jenaro, que crece en nosotros el deseo de amar más a Dios y a los hermanos, de entregarse por completo, de cambiar de vida, en definitiva, de ser santo”.
En la acción de gracias fue leído un mensaje del prior general, Javier Guerra, en el que expresaba su alegría por el momento que estábamos viviendo y manifestaba sentirse muy unido a la celebración. Antes de la bendición final el párroco, D. Enrique Arellano, narró a los asistentes la historia de la Virgen románica de Irache que preside el retablo de la iglesia, toda ella revestida de plata, salvo el rostro y las manos. A la Virgen románica más bella de Europa, como es designada esta imagen, se cantó el himno final, compuesto por el padre Ricardo Imaz, agustino recoleto y primo del padre Jenaro Fernández.