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Un agustino recoleto recibe la máxima distinción del gobierno panameño por su apoyo a los indígenas

El presidente Torrijos, que el pasado 3 de julio cedió la presidencia de la República a Ricardo Martineli, triunfador en las últimas elecciones pañameñas, aprovechó su última visita oficial a Changuinola para hacerle al fraile recoleto un reconocimiento por sus muchos años de servicio a la sociedad panameña principalmente en el territorio de la misión, donde el padre Corpus ha desarrollado un gran trabajo al sacar del aislamiento a muchas comunidades indígenas ngobes construyendo caminos, escuelas y acueductos y capillas.

A sus cerca de ochenta años este misionero incansable, que no hace concesiones ni a la tranquilidad ni al descanso, sigue soñando con nuevos proyectos que mejorarán la vida de las comunidades ngobes de Bocas del Toro.

En el acto de condecoración estuvieron presentes, además de las autoridades que acompañaban al presidente Torrijos, el obispo prelado de Bocas del Toro, monseñor Aníbal Saldaña y algunos de los misioneros agustinos recoletos.

Al hacerle entrega de la condecoración, el presidente Torrijos resaltó que hacía tiempo quería hacer este reconocimiento al padre Corpus y que no quería dejar la presidencia de la República sin hacer este acto que calificó “de justicia” hacia un hombre que ha dado toda su vida al desarrollo y promoción de los indígenas.

El padre Corpus, poco dado a las vanidades mundanas, dicen los que estuvieron en el acto, aprovechó el acto para recabar más ayuda oficial para el nuevo proyecto en el que ahora está embarcado, nada más y nada menos que abrir un pequeño canal que agilice las visitas de los misioneros a las comunidades del otro lado de la península Valiente y que  facilite las comunicaciones de los habitantes de esas lejanas comunidades. En la actualidad, este trayecto debe hacerse por vía marítima en condiciones con frecuencia peligrosas.



El padre Corpus sigue soñando con nuevos proyectos que mejorarán la vida de las comunidades ngóbes de Bocas del Toro.
Más ayuda

Parece que el presidente iba preparado y junto con los pergaminos y la medalla le hizo entrega de un cheque de cuarenta y cinco mil dólares para continuar esta obra de auténtica de ingeniería de tres kilómetros que permitirá reducir a menos de una hora el trayecto que en la actualidad se toma ocho.

La relación del presidente Torrijos con los misioneros agustinos recoletos de Bocas del Toro viene de lejos, de cuando él era viceministro y con frecuencia viajaba a la misión para tratar en la casa de Changuinola los asuntos del gobierno con las comunidades indígenas.

La orden de Amador Guerrero es la máxima condecoración que otorga el gobierno panameño desde 1955 a personalidades de la vida social y política, tanto nacional como internacional. Personalidades de la talla del ex secretario general de las Naciones Unidas, Koffi Anan, han sido distinguidos con ella.

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