El WMF es la principal organización independiente dedicada a salvar los sitios más preciados del mundo, y su lista es su programa de denuncia más conocido. Iniciada en 1996 y actualizada cada dos años, dicha lista llama la atención internacional sobre los sitios de patrimonio cultural de rango mundial amenazados por la negligencia, el vandalismo, los conflictos o los desastres naturales. La del año en curso continúa esta tradición, e identifica los monumentos en peligro, al tiempo que incluye los que ofrecen cuestiones urgentes o planteamientos progresistas que puedan ser de interés.
La inclusión de un monumento en la lista ofrece la oportunidad de aumentar la concienciación pública, fomentar la participación local, promover la innovación y colaboración y demostrar soluciones eficaces. La lista es elaborada por una comisión internacional de expertos en arqueología, arquitectura, historia del arte y conservación. Para muchos monumentos históricos estar en esta lista es, en muchas ocasiones, su única esperanza de sobrevivir.
La inclusión de la basílica de San Sebastián en la lista de la WMF es resultado de casi dos años de intensos esfuerzos por parte de Tina Paterno, una conservacionista de arquitecturas que trabaja en Nueva York. Con ella han colaborado los agustinos recoletos de San Sebastián y la curia provincial de la provincia de San Ezequiel Moreno. Paterno es miembro de Bakas Filipinas, una organización no lucrativa de profesionales filipino-americanos interesados en apoyar la conservación de la arquitectura y los lugares históricos en Filipinas.
Preocupada por el manifiesto estado de corrosión del monumental templo de acero y, sospechando que lo que se ve es sólo la punta del iceberg, Tina Paterno consiguió el apoyo de los frailes, oficiales gubernativos, expertos e ingenieros locales e internacionales. Luego presentó la nominación de la basílica para su inclusión en la lista, y elaboró un proyecto integral que se hace eco de la llamada de WMF a la colaboración de distintos sectores.
La recién creada Comisión de Historia, Cultura y Herencia de la provincia de San Ezequiel Moreno se coordinará con ella y con los otros colaboradores en la restauración de la basílica.
Información de la web de la WMF
El neogótico de la basílica de acero de San Sebastián se recorta sobre el panorama congestionado de la ciudad de Manila. Después de que los terremotos de 1645, 1762 y 1863 destruyeran las tres primeras iglesias de piedra y ladrillo erigidas en este mismo lugar. Don Genaro Palacios, director de Obras Públicas del Gobierno Insular Español, recomendó construir una nueva iglesia de acero. Detrás de la fachada verdiblanca de la iglesia, que flanquean agujas enormes, el interior de San Sebastián está pintado simulando jaspe y mármol. Sus paredes están adornadas con imágenes en trampantojo y otros detalles iconográficos pintados por la Academia de Lorenzo Rocha. En fin, treinta y cuatro vidrieras inundan la vasta nave de colores cálidos.
Desde que se terminó, en 1891, San Sebastián ha desempeñado un papel religioso y social muy significativo en cuanto centro parroquial y como promotor de iniciativas benéficas. La novedosa construcción en acero sigue siendo única y refleja el atrevimiento del diseño y la habilidad de los artesanos locales. La corrosión continuada, las filtraciones y la pérdida de material amenazan la basílica, aunque su amenaza más penetrante no llega a verse: las riostras estructurales del interior se están deteriorando mucho, haciendo muy precaria la estabilidad y funcionalidad de San Sebastián.