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San Agustín entra en las cárceles de la mano de Rocío Andrade, miembro de la fraternidad seglar

“Desde mi corazón inquieto de agustina recoleta, aceptada por la Fraternidad el 22 de Octubre del 2007 en la Iglesia de Santa Mónica (México, D.F.), preparada y acompañada espiritualmente por fray Rafael Rivera (fallecido el 25 de Octubre del 2007), quiero agradecer la oportunidad que me brindan para compartir el aprendizaje recibido durante las visitas a los reclusorios”.

P.- ¿Qué destacaría de las personas que están en la cárcel y cómo se les puede ayudar?
R.- Observo dentro y fuera de los reclusorios que existe una gran necesidad de hacer vida espiritual, sólo que, en los reclusorios existen personas con destinos diferentes. El sistema penitenciario, como en todo el mundo, es complicado; lo que sí podemos ofrecer es nuestra actitud positiva. Mi propuesta para la Fraternidad agustino-recoleta con calidad de urgencia es hacer acompañamiento fraterno, cercano, de Iglesia comprometida con el más necesitado.

Desarrollo humano

P.- ¿Por qué visita las cárceles?
R.- A decir verdad no las visito todas, ya que son diez reclusorios en el D.F. y aproximadamente 40.000 personas encarceladas. Me han permitido entrar al Anexo Varonil Norte y al Femenil de Tepepan, porque el comité Pro-labora, que pertenece a la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, vincula los cursos y talleres de desarrollo humano. Visito los reclusorios para hacer acompañamiento espiritual a las personas encarceladas ofreciéndoles cursos-talleres de sanación interior y sentido de la vida. Al sentirme segura y satisfecha de “enseñar a los internos e internas” confirmé que mi misión en la vida es enseñar, además de que se me facilita diseñar y aplicar dinámicas vivenciales para aterrizar el aprendizaje psico-espiritual.



Fraternidad de Santa Mónica de México.
Agustín y logoterapia

P.- ¿Cuándo comenzó las visitas?
R.- Desde el 12 de febrero de 2005 entré al centro escolar del Anexo Varonil Norte. El objetivo fue desde el principio ofrecer los talleres LECI y acompañar a las personas encarceladas en su proceso de sanación interior.

P.- ¿Cómo funcionan estos talleres?
R.- El trabajo dentro de los reclusorios se inicia con una plática de motivación y sensibilización a la población reclusa. Durante la plática me gusta mucho hacer la conexión espiritual entre ellos y su Creador, porque me encanta hablar de Dios. Les platico de lo valiosos que somos, hablo de dignidad, y les desgloso las cinco semejanzas con Dios. Es aquí donde yo vinculo tres importantes pilares para mí: primero, la logoterapia con sus conceptos filosóficos; después, los talleres LECI, aplicando las herramientas de desarrollo humano y, en tercer lugar, san Agustín con su proceso de conversión y de interioridad para llegar a la Verdad.

P.- ¿Y la duración?
R.- El programa que se ha venido ofreciendo es de una sesión semanal de tres horas. Tenemos cuatro módulos; el primero aborda las habilidades de comunicación y dura diez semanas. Un segundo módulo es sobre autoestima y le dedicamos seis semanas. El tercero tiene como tema central el perdón y la reconciliación, y también le dedicamos otras seis semanas. El cuarto y último es el más largo; durante doce semanas trabajamos el proceso terapéutico de duelo. El programa se adapta a las necesidades de las personas y se ofrece por semestres, respetando las actividades internas del reclusorio. Al final de cada módulo se da constancia, se hace una evaluación y retroalimentación del taller en la que los internos nos regalan su testimonio.

Conversión ejemplar

P.- ¿Por qué habla de san Agustín?
R.- Porque para mí san Agustín es un buen ejemplo de que con la gracia de Dios “si se quiere, se puede cambiar”. Admiro desde lo más íntimo de mi corazón el proceso de conversión de san Agustín. Veo cómo su naturaleza humana, limitada e imperfecta, va tomando conciencia de llegar a Dios, buscando y encontrando.

P.- ¿Cuáles son los aspectos de san Agustín que más interesan a los reclusos?
R.- Para los internos y las internas yo he escogido el tema de la conversión. Francamente el tema lo doy en un momento especial que yo intuyo, porque tengo que sensibilizarlos previamente y respetar su ritmo. Para hablar del tema de “Interioridad Agustiniana” platico jugando y a manera de cuento narrando el momento cuando Agustín escucha una voz infantil que dice: “Toma y lee, toma y lee” y cómo el corazón inquieto de Agustín siente la necesidad de abrir la Biblia para encontrar la Verdad en la Palabra. Veo que les interesa saber mucho de lo que le pasó a san Agustín, al que sienten como “un igual” que fue capaz de transformar su vida .

P.- ¿Cree que san Agustín puede ayudar a superar las situaciones difíciles de las personas que desean rehacer su vida?
R.- Sí, claro que sí. Lo creo. Tan así es de firme mi creencia que mi siguiente “sueño guajiro” es poder ponerme la “camiseta agustiniana”, invitar a otras personas para hacer un buen equipo humano y, siendo ya “comunidad agustiniana”, llevar a otros reclusorios esta enseñanza espiritual tan valiosa y necesaria para las personas reclusas que esperan ser atendidas con urgencia.

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