Acaba de aparecer la nueva edición de la Liturgia Agustiniana de las Horas, que presentan los priores generales de las tres Órdenes: agustinos, agustinos recoletos y agustinos descalzos. La firma del documento lleva la fecha del 2 de febrero de 2010.
Sin entrar en cuestiones de maquetación, que discutirán los expertos, la primera impresión es buena, y adecuado el tamaño de la letra. Es un volumen de 428 páginas.
Pero, lo que interesa aquí es destacar el enriquecimiento de este Propio agustiniano, que ha supuesto reelaborar los textos usados hasta ahora, junto con las modificaciones en el calendario aprobado en mayo de 2002, más la composición y selección de textos para los santos y beatos que han sido introducidos posteriormente.
Creo que es una aportación de gran relieve la de que todas las celebraciones presenten dos lecturas patrísticas para elegir una de ellas. Sería aconsejable que se leyera, una los años impares, y la otra los pares, siguiendo un orden establecido, y así en el ciclo de dos años se habrían leído todas. Al final del libro, además de un índice de textos bíblicos, se presenta otro de lecturas patrísticas y eclesiásticas. Son en total 50 lecturas de san Agustín (dos de ellas se repiten) y el resto, hasta completar un número total de 88 lecturas, son de autores agustinianos, en su mayor parte, sin excluir algún otro autor no agustiniano que habla de nuestros mártires… A esto habría que añadir las abundantes citas agustinianas que aparecen en los responsorios, no siempre indicadas. Nos encontramos, pues, ante un verdadero «corpus agustiniano» de gran utilidad espiritual, que nos debería llevar a profundizar en las obras, cuyos fragmentos se leen.
Detalles
A fuer de sinceros, hay que advertir algún fallo o error que, a lo mejor, sólo lo encuentran los especialistas. En concreto, en la presentación de los padres generales se ha colado un error de bulto en la página 4, párrafo 2, en que se cita a la Sagrada Congregación para el Culto Divino y la Instrucción Calendaria particularia, documento del 24 de junio de 1974, cuando así se llamaba la Congregación. Desde 1988 se la denomina Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, y el documento que hay que citar, de 1994, es Varietates legitimae sobre la liturgia romana y la inculturación, IV instrucción sobre la recta aplicación de la Constitución sobre Sagrada Liturgia del Concilio Vaticano II; lo que dice el texto es correcto, pero no el nombre de la Congregación y la Instrucción que ahí se nombra.
También hay que advertir que, el 19 de marzo, el texto refiere que se concedió la facultad de celebrar la fiesta del Patrocinio de san José, pero no en el tercer domingo de Pascua (ese modo de contar no se utilizaba entonces, pues a los domingos siguientes a la Pascua se les llamaba primero después de Pascua, etc.); por tanto, debe decir que se concedió celebrar la fiesta en el tercer domingo después de Pascua.
Hay algún otro fallo tipográfico, pero de escasa importancia y que fácilmente subsanará el lector atento.
Puede suponer alguna dificultad el que no se hayan introducido los textos comunes, pero se pueden tomar las hojitas del anterior oficio agustiniano, pues al ser de papel biblia, se insertan cómodamente en el nuevo.
En cuanto a los Comunes de las memorias, puede ser útil hacer uso de la posibilidad que ofrece la Ordenación General de la Liturgia de las Horas en el n.º 235: tomar sólo de la memoria lo que tiene propio (siempre la oración conclusiva) y lo demás decirlo de feria: es más cómodo y más variado que repetir siempre los Comunes.
Los últimos beatos introducidos en el calendario han sido Tomás de san Agustín, que se une a los beatos mártires del Japón del 28 de septiembre, y el 6 de noviembre el beato Avelino Rodríguez Alonso, presbítero y compañeros mártires: en esta misma fecha el calendario de España celebra la memoria obligatoria de los Mártires de España del siglo XX, grupo al que pertenecen nuestros beatos. Para la Orden de S. Agustín se trata de una memoria obligatoria; para las demás Órdenes memoria libre. Coincide con la Conmemoración de los miembros difuntos de la Orden: cuando se celebre al beato Avelino y compañeros, siempre se podrá recordar a nuestros difuntos en una fecha libre.
Creo que esta breve nota nos puede dar una idea de la importancia de la publicación de nuestra Liturgia de las Horas, en la que «nuestro Señor Jesucristo, Hijo de Dios, es el que ora por nosotros, ora en nosotros y es invocado por nosotros… Reconozcamos, pues, en él nuestras propias voces y reconozcamos también su voz en nosotros» (San Agustín, Comentario al salmo 85, 1: CCL 39, 1176).