El III Simposio del Instituto Teológico de Vida Religiosa (ITVR) celebrado en Madrid el 10 al 12 de diciembre contó con la presencia de monseñor Joseph W. Tobin, secretario de la Congregación para Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica (CIVCSVA); el agustino recoleto Eusebio Hernández, miembro de esta misma congregación vaticana, y de los superiores generales de la Orden de San Juan de Dios, de los Hermanos Maristas y de los Hermanos de la Salle. El director del ITVR dirigió y coordinó este simposio en el que participaron cerca de doscientas personas.
El número de religiosos hermanos ha disminuido significativamente en las últimas décadas. En los institutos laicales (sólo de hermanos, sin religiosos sacerdotes) dicho número pasó de 32.026 en 1984 a 19.841 en 2010. En los institutos clericales (de sacerdotes) la última estadística cifra en 20.394 el número de religiosos hermanos. Según Eusebio Hernández “sigue siendo notorio el desconocimiento y la poca valoración de esta vocación por parte de muchos fieles católicos”.
En el marco del III Simposio organizado por el ITVR con el título: “Ser religioso hermano hoy”, el agustino recoleto anunció: “Su Santidad el Papa Benedicto XVI, en sintonía con sus antecesores, ha dado muestras de su preocupación y, sobre todo, de su gran aprecio a la vida religiosa. Conocedor de que en el contexto actual la vida religiosa, y en particular la vida de los religiosos hermanos, tiene que afrontar especiales dificultades y retos, se ha propuesto desarrollar algunas iniciativas para enaltecerla, promoverla y sostenerla. Solicitó para ello la ayuda de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCSVA)”.
Documento
Se espera que el documento sobre los religiosos hermanos sea publicado en los primeros meses de 2011. Son grandes las expectativas de los religiosos y religiosas, especialmente de los religiosos hermanos, sobre el pronunciamiento de la Iglesia en este texto oficial. Con él, Benedicto XVI intentará aportar luz sobre la identidad del religioso hermano y sobre el extraordinario valor de esta vocación para la Iglesia y para el mundo de hoy.
El documento se centrará en la eclesiología de comunión propuesta por el Concilio Vaticano II, y que la Iglesia ha venido desarrollando desde entonces. Esta eclesiología subraya en primer lugar que todos los fieles somos Pueblo de Dios, iguales en dignidad, que todos bebemos del tesoro común del evangelio y estamos llamados a vivirlo en plenitud, cada uno según su vocación. La identidad del religioso hermano resulta del especial énfasis con que está llamado a vivir algunos de los aspectos de este tesoro común.