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Celulares por vacas para construir una granja en la misión agustino-recoleta de Sierra Leona

En Kamabai está el misionero agustino recoleto José Luis Garayoa Alonso (1952), empeñado en combatir la pobreza en un país que ocupa el puesto 180 (de 187) en el Índice de Desarrollo Humano. La misión está en el chiefdom Biriwa, provincia de Bombali, la más pobre del país, al norte. «Se nos mueren 4 de cada 10 niños», confirma Garayoa. «No para de llegar a la misión un rosario de niños en unas condiciones de desnutrición increíbles», explica en un reportaje publicado en Diario de Navarra.

Un “Grandpa” imparable

A José Luis no le tumban ni un secuestro ni la malaria -17 veces ya-. Por allá le llaman «Grandpa» (abuelo). Desde que volvió, en 2005 -tras una breve estancia en 1998, cuando fue secuestrado y finalmente liberado -, no ha parado de pelear para conseguir leche y papillas que llegan en contenedores solidarios desde España, montar escuelas -la misión tiene 34 a su cargo, con 5.000 alumnos y 115 profesores-, promover un invernadero, criar cabras o gallinas o instalar 40 pozos de agua en las aldeas. «Es una alegría inmensa ver a los niños bombear el agua y cargar el cubo en la cabeza; significa menos gusanos en sus estómagos», dice. Y tienen talleres de carpintería, costura…

Aun así, las necesidades siguen siendo inmensas. Y enumera: «alta mortalidad infantil y materna, alta incidencia de enfermedades, falta de alimentos y capacidad de producirlos, desnutrición crónica, analfabetismo, desconocimiento de los derechos fundamentales, indefensión frente a la injusticia social, discriminación de la mujer…» -también lucha contra la ablación-. En la comunidad le acompañan Manuel y Russell (religiosos filipinos) y Juan Jesús -de México-, así como personal local y algún voluntario por temporadas. En la zona sólo hay una carretera asfaltada y no hay electricidad, salvo en la misión gracias a paneles solares. Hay que pagar para ser atendido en el hospital público y por las medicinas. Por eso, quiere montar un pequeño centro médico algún día.

Mientras, urge alimentar bien a los niños. La idea de montar una granja surgió hablando con la ONG La Esperanza, colaboradora habitual de los agustinos recoletos y que «acaba de cumplir 18 años, la mayoría de edad», según resalta su presidenta, Corpus Campo, quien viaja a Kamabai el próximo 28 de noviembre.

Vías de colaboración

Se están habilitando puntos para recoger móviles usados y, tras venderlos a empresas autorizadas, lograr fondos para comprar vacas. La iniciativa ya está en Internet a través de la red social Facebook y se han montado puntos en Madrid y otras regiones de España.

En toda la provincia de Navarra, en distintos pueblos y en la capital, Pamplona, se están realizando mercadillos y campañas de todo tipo. Y de cualquier lugar del mundo se admiten donativos con este fin en la cuenta de la ONG La Esperanza (Caja Navarra, nº 2054 001167914463246-5. Concepto: vacas).

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