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José Manuel Romero: “En China viven doce agustinos recoletos que atienden nueve parroquias”

 

P.- ¿Cuál es la presencia actual de la Orden en China?
R.- En la República Popular China viven doce religiosos agustinos recoletos, que atienden nueve parroquias y dos kínder (guarderías). Se encuentran distribuidos en tres diócesis vecinas: Shangqiu, Heze y Kaifeng. Su media de edad es de 39 años.

P.- Pero también hay agustinos recoletos chinos en España, ¿no?
R.- En España, nuestros sacerdotes chinos se encargan de la labor pastoral con los católicos chinos de la diócesis de Madrid, y han ayudado esporádicamente a otras comunidades en otros puntos del país. A finales del año pasado, esta labor cristalizó en la creación por parte de la diócesis de una capellanía china con sede principal en nuestra parroquia de Santa Rita; capellanía encomendada de manera oficial a los agustinos recoletos.

P.- Llama la atención el número de aspirantes chinos que tiene la Orden.
R.- En medio de las dificultades, ciertamente las perspectivas son esperanzadoras. En estos momentos, en China hay cinco aspirantes que estudian en diversos seminarios (Wuhan, Hebei y Xian) y que en verano completan su formación propia como agustinos recoletos en la comunidad de Shangqiu. Por otro lado, dos sacerdotes diocesanos han solicitado ingresar en nuestra Orden y han iniciado el proceso de formación para llegar a ser agustinos recoletos. Para todos ellos se ha nombrado hace poco el equipo de formación, con su plan correspondiente.

Y no podemos olvidar que, en la casa de formación San Agustín de Las Rozas (Madrid, España), hay en este momento cuatro profesos simples de nacionalidad china, además de dos aspirantes chinos que cursan estudios de español y filosofía.

P.- ¿En relación con China, cuál es la encomienda que ha recibido de sus superiores?
R.- El encargo que he recibido de mis superiores es estar directamente al servicio de nuestra presencia en China. Esto implica dos dimensiones. Por una parte, colaborar en el desarrollo del programa de formación de nuestros frailes en China. Y, por otro lado, formarme para ello. Por eso estoy ahora en Roma especializándome en Misionología, además de asistir a otros cursos de interés especialmente enfocados hacia China.

Revitalización

P.- ¿Cuál es el plan de la Orden con respecto a China?
R.- Dentro del plan de renovación y reestructuración de la Orden, la comunidad de los frailes de China continental elaboró un plan de formación permanente para todo el curso 2011-2012. En este plan se desarrollan los encuentros bimensuales ordinarios de los frailes, los ejercicios espirituales, una salida-convivencia comunitaria y dos jornadas de formación extraordinaria, que me han encargado dirigir.

La primerParticipantes en el Encuentroa de estas reuniones se ha desarrollado los días 29, 30 y 31 de diciembre. Ha sido algo muy particular, por el motivo de que era la primera vez que un fraile no chino visitaba a los hermanos del continente con la misión de ayudarles en su proceso de formación permanente.

Hice una presentación del objetivo que el capítulo general de 2010 estableció como prioritario para el sexenio, centrado en la revitalización y reestructuración de la Orden. También fui presentando los documentos que la comisión encargada de este proceso ha ido sacando hasta el momento.

Después, nos centramos en el estudio de la Regla de San Agustín y del primer capítulo de nuestras Constituciones, sobre la Orden y su carisma. Éstos son los textos en los que se encuentra el principio dinámico de la revitalización y la reestructuración.

P.- ¿Cómo describiría el ambiente de los doce agustinos recoletos?
R.- Era la primera vez que podía alojarme en nuestra comunidad, y la verdad es que esos días me sentí como en mi propia casa. Fue bonito el poder vivir en la misma casa con los frailes, como uno más, sin las comodidades del hotel (calefacción, ducha caliente). Fue bonito ver cómo se desvivían para poder ofrecerme las mejores condiciones posibles y poder paliar en algo los rigores del frío, y frío de hasta seis grados bajo cero.

Me dio la impresión de que se han sentido muy bien por poder estar todos ellos juntos y por el hecho de que un religioso corriente como ellos pudiera estar viviendo y compartiendo con ellos. Pude ver el interés de los frailes, formandos y hermanas por los temas de formación. Y me di cuenta de que les supo a poco. Querrían que hubiera habido más tiempo para estar con ellos y conocer con más calma los lugares donde trabajan, las condiciones concretas de los ministerios; conocer a sus fieles y que ellos nos conozcan… Creo que piden y que necesitan ser más conocidos en toda la Orden, que se comprenda un poco mejor la situación especial en que se encuentran.

Futuro

P.- ¿Cuál es, en su opinión, el futuro de la Orden en China?
R.- Se han dado algunos pasos para regularizar y normalizar allí la vida religiosa. Habrá que continuar en esta misma dirección. Ahora que han regresado dos sacerdotes formados en España, confiamos en que pueda mejorar notablemente tanto la formación como la promoción vocacional. La aportación fundamental que éstos pueden hacer tiene que ser su testimonio y el ejemplo de vida común que deben enseñar a nuestros religiosos chinos, que hasta ahora han vivido muy aislados. Con esta intención también los superiores han decidido que, después de varios años sin poder hacerlo, cuatro religiosos comiencen el próximo año a vivir juntos en la comunidad de Shangqiu.

Respecto de China, está claro, no sólo para nosotros, sino para toda la Iglesia, que este país y toda Asia son el futuro y el desafío. Y nosotros tenemos la suerte, la gracia, de estar allí presentes. Nuestra responsabilidad es por eso mayor.

El ejemplo, la intercesión y la ayuda de nuestros mártires nos servirá de luz en el camino para consolidar la presencia de los agustinos recoletos en China.

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