Actualidad

Shyju Joseph: “Dejé mi trabajo para entregarme a los más pobres y necesitados como agustino recoleto”

Shyju es agustino recoleto desde hace siete años. Es el único indio de la Orden. Procede del estado de Kerala, en la costa suroeste, conocida también como costa Malabar. Allí vive uno de los grupos cristianos de tradición más antigua del mundo, al que pertenece su familia.

P.- ¿Cómo surge su vocación religiosa?

R.- Procedo de una familia cristiana de rito litúrgico siro-malabar. Según la tradición, los cristianos siromalabares recibieron el bautismo de manos del apóstol santo Tomás. Mis padres están vivos, y tengo cuatro hermanos mayores que viven una vida cristiana muy profunda. En mi familia, como es costumbre en todas las familias cristianas de aquí, todas las noches antes de cenar rezamos juntos el rosario, leemos la biblia y hacemos una oración personal. Esto clima me ayudó mucho a encontrar a Cristo en mi camino. Todos los días, cuando me levantaba, daba gracias a Dios Padre por el nuevo día y pedía su presencia en mi vida. Claro que, aun empezando el día con la oración, con frecuencia me asaltaban dudas y tenía pensamientos provocativos, pensamientos de jóvenes. Pero nunca dejé de rezar y nunca deje de confiar en Jesús, aunque me veía lleno de fragilidades. Siempre intentaba ver a Jesús a mi lado como un amigo de mi edad.

Del hospital al convento

P.- ¿Y cómo conoció a la Orden de Agustinos Recoletos si no tienen presencia en su país?
R.- Durante el último año de mi carrera, leí Las confesiones de San Agustín. Luego me enteré de la existencia y la vida de los agustinos recoletos a través de una prima monja clarisa que tengo en el convento de Santo Ángel Custodio de Granada. Quedé fascinado por el carisma, el modo de vivir, de los agustinos recoletos.

Lorem ipsum Shyju, después de su ordenación, con sus padres, obispo ordenante y el prior provincial

P.- ¿A qué se dedicaba antes de entrar en la Orden?
R.- Después de terminar la carrera, empecé a trabajar en un hospital de Kerala. Ganaba bastante dinero, disfrutaba mucho de la compañía de mis amigos y amigas, pero siempre sentía en mi interior una voz que me decía: “Ésta no es tu vida. Tienes que dedicar tu vida a los demás. No es suficiente disfrutar con los amigos. Tienes que entregarte a todos”. Aquel “todos” incluía a los pobres y necesitados en todo los sentidos: por falta de cariño, amor, respeto, salud, dinero, perdón, amistad etc.

P.- ¿Cuáles han sido sus referentes antes de entrar en la Orden?
R.- Me atraían mucho las obras de caridad de la madre Teresa de Calcuta. Entonces empecé a rezar: —“Señor, ¿qué quieres de mí? Soy débil para seguirte”. Aquellos días, me venían a la cabeza las palabras de santa Teresa de Jesús, que había leído hacía mucho tiempo: “Con Dios yo soy el héroe, sin Dios soy un cero”. O sea, aunque por mí mismo soy débil, con Jesús soy fuerte, soy el héroe. Me acordaba también de la famosa frase bíblica: “Todo lo puedo en Aquél que me conforta” (Fil, 4/13). Y vinieron a mi memoria las palabras de Kahlil Gibran: “Cuando améis no debéis decir: ‘Dios está en mi corazón’, sino más bien: ‘Yo estoy en el corazón de Dios’”. Así es. Y entendía perfectamente que estaba y estoy en el Corazón de Jesús. Con Él lo puedo todo. Así que dejé mi trabajo y, con la ayuda de mi prima la monja, entré con los agustinos recoletos.

Formación

P.- ¿Cómo ha sido su proceso de formación en la Orden? 

R.- Fui terminando las diferentes etapas: postulantado, noviciado, teologado en el seminario mayor de San Agustín (Burgos, España) y en el de Nuestra Señora del Buen Consejo (Granada, España). Y, el 23 de enero del año 2010, me ordené sacerdote en mi parroquia en Kerala, en la India. Después he vivido en la comunidad de Guadalajara (España), dedicado por completo a las tareas que se me han confiado, principalmente las de director de la residencia de alumnos internos y secretario del colegio agustiniano que allí tenemos.

Fraternidad agustiniana

P.- ¿Cómo es su vida en una comunidad perteneciente a otra Orden?
R.- Ahora estoy en el St. Augustine’s Study House, en la ciudad de Aluva, estado de Kerala, en la India. Es un seminario mayor de la Orden de San Agustín, Provincia de Filipinas. Soy el único agustino recoleto conviviendo con agustinos. Estoy aprendiendo con ellos la formación y el funcionamiento del seminario. Los frailes me tratan fenomenalmente, me respetan y me ayudan. Siempre están pendientes de mí. Yo ahora estoy aprendiendo y disfrutando mucho con ellos de la vida comunitaria y de la fraternidad agustiniana.

Lorem ipsum Comunidad y casa en la que vive

Promoción vocacional

P.- ¿En qué consiste su trabajo en la India, un país sin presencia de los agustinos recoletos?
R.- Entre semana visito algunos colegios, y los fines de semana paso por las parroquias, celebro la misa para los jóvenes, converso con ellos y les hablo de la Orden. Ayudo en algunas parroquias celebrando misa y confesando. También doy algunas charlas a grupos de seminaristas, monjas y jóvenes. Estoy comprobando que hay bastantes vocaciones. A los jóvenes les encanta san Agustín, y les gustaría entrar con nosotros. Este año he tenido hasta 16 chicos que querían entrar con nosotros. Y, justamente ahora, acaba de llamarme otro que también querría entrar. Pero, al no tener casa propia, nuestra actividad está muy limitada.

Dificultades

P.- ¿Cree que la Orden tiene futuro en la India?
R.- Si, por supuesto. Sin duda. Pero, para poder recibir vocaciones, ahora es necesario tener presencia física. La Conferencia Episcopal acaba de prohibir llevar jóvenes al extranjero sin antes haber recibido aquí una formación básica. Por eso tendríamos que abrir aquí un seminario. Sin duda que no faltarían vocaciones, aunque los números no son ya los de épocas pasadas. Las familias quieren saber adónde van a enviar a sus hijos, y eso también limita nuestra actividad, al no tener un lugar adonde enviar las vocaciones que ciertamente van surgiendo.

Apuesta firme

P.- ¿Está dando algún paso la Orden para instalarse en la India?
R.- Recientemente he recibido el informe que nuestro prior provincial acaba de enviar a todos los religiosos de la provincia de Santo Tomás de Villanueva, casi en vísperas del Capítulo, que tendrá lugar el próximo mes de julio. Me han encantado unas frases que he leído en él. Recogen una opinión personal del Provincial, Miguel Ángel Hernández Domínguez, pero yo las hago mías. Son frases valientes, diría yo; incluso, proféticas. “Mi opinión personal, dice, es que ha llegado la hora de arriesgar y dar un paso al frente en lo que venimos llamando “proyecto de la India”. Es tiempo de apostar y de dejar que el Espíritu nos desinstale, nos saque de nuestra comodidad, rompa nuestros esquemas, y nos deje a la intemperie para que, únicamente fiados del Señor, sigamos su voz y, renovados en nuestro ardor misionero podamos revitalizar nuestra vida religiosa”.

X