Bajo el lema “El Espíritu nos hace señas: Vivir de nuevo la Palabra de Dios con la mirada puesta en Cristo”, las hermanas intercambiaron pareceres sobre el futuro de la congregación y diseñaron un plan de actuación que la reelegida Superiora General tendrá que llevar a la práctica.
Máxima Peláez, de 67 años, natural de Daet, Camarines Sur (Bícol), ha estado al frente de las ARS durante el último sexenio 2006-2012. Anteriormente había desempeñado los cargos de vicaria general (2000-2006) y secretaria general (1994-2000) de la Congregación.
Los orígenes de las ARS se remontan a la primera mitad del siglo XVIII, cuando dos jóvenes hermanas, Cecilia y Dionisia Talampas, decidieron vivir como terciarias la espiritualidad agustiniana y se acogieron al santuario de la Virgen del Carmen que los agustinos recoletos tenían en Manila, en la actual iglesia de hierro de San Sebastián. Se les fueron uniendo otras jóvenes, formando una comunidad que se ha perpetuado en el tiempo, al amparo siempre de los agustinos recoletos.
Las que desde su nacimiento eran seglares terciarias de la Orden, en 1907 empezaron a emitir su profesión religiosa, y en 1929 fueron reconocidas por la Iglesia como congregación. Se dedican fundamentalmente a la educación, sobre todo en el mundo rural. Administran 32 escuelas, y dirigen también un orfanato y una residencia universitaria. Fuera de Filipinas, cuentan con algunas comunidades en Estados Unidos, España y Australia.