María de la Luz, priora del monasterio de Santa Mónica, en Puebla, preparó la celebración con suficiente antelación como para que cada una de las comunidades se uniese a los preparativos de acción de gracias por los 325 años de su fundación. Durante meses las comunidades han ofrecido misas, horas santas y rosarios para agradecer a Dios todos los beneficios recibidos a lo largo de estos tres siglos largos de vida contemplativa en México.
La misa solemne de acción de gracias tuvo lugar en la iglesia de San Agustín y estuvo presidida por Víctor Sánchez Espinosa, arzobispo de Puebla. De las 276 monjas agustinas recoletas repartidas en los 17 monasterios de la federación mexicana, acudieron 181, incluidas algunas procedentes de Brasil y de España. A ellas se unieron muchos familiares y bienhechores de las 14 comunidades de México.
Junto al arzobispo concelebraron 40 sacerdotes, entre los que se encontraban nueve religiosos agustinos recoletos. Acolitó en la celebración un grupo de jóvenes del aspirantado San Pío X de Querétaro, comandados por el diácono agustino recoleto Antonio Antón, responsable de la liturgia. El coro de la comunidad de Puebla se encargó de cantar la misa y cada comunidad presentó una ofrenda con los productos elaborados en sus respectivos monasterios. Durante la celebración, colocado en un lugar bien visible del presbiterio, lucía un cuadro de monseñor Manuel Fernández de Santacruz, iniciador y patrono de la fundación.
Todas las comunidades enviaron, a petición de la madre María de la Luz, un ramillete que ha sido plasmado en un bordado en oro elaborado por la comunidad de Jalapa, y que queda colocado en un marco especial.
La mayoría de las hermanas llegaron a Puebla un día antes debido a que la comunidad anfitriona quería ofrecerles una sorpresa muy mexicana: un grupo de mariachis les cantó las mañanitas antes de la misa solemne.
La historia
Fundador del monasterio poblano fue el undécimo obispo de Puebla, monseñor Manuel Fernández de Santacruz (1637-1699), que conocía el espíritu y las virtudes de la madre Mariana de San José (1587-1637), fundadora en España de las agustinas recoletas, así como la ejemplar observancia regular de los monasterios recoletos españoles, especialmente el de Palencia, ciudad de donde él procedía.
Llegado a Puebla, admiró el deseo ardiente de consagrarse a Dios que tenían las colegialas del Colegio de Virtuosas Doncellas allí existentes, por lo que decidió fundar para ellas un monasterio dice su biógrafo “según el Instituto y forma de vida que tenían aprobada ya en Europa por la Santa Sede Apostólica”. En 1684 solicitaba las respectivas licencias.
Del monasterio del Corpus Christi de Granada (España) le fueron enviadas la regla, constituciones y ceremonial de la Recolección agustiniana. Y con la autorización del papa Inocencio XI y la anuencia del rey Carlos II de España, el 24 de mayo de 1688 era erigido el monasterio de Santa Mónica en la ciudad de Puebla de los Ángeles, profesando ese mismo día las 20 primeras monjas agustinas recoletas.
Éste es el monasterio original, muy próximo al emplazamiento del actual. En su antiguo convento las agustinas recoletas se mantuvieron hasta 1934, cuando fueron expulsadas debido a las Leyes de Reforma. Al año siguiente, el ex convento de Santa Mónica fue convertido en Museo de Arte Religioso, siendo al presente uno de los mayores exponentes de la vida monacal femenina en el país y único en el Estado de Puebla.