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Javier Jiménez: “En China, las perspectivas cada vez más halagüeñas”

P.- ¿Qué entidad tiene ahora China dentro de la Provincia de San Nicolás de Tolentino?
R.- China continental ha formado parte de nuestra historia y de nuestro organigrama desde hace más de un siglo. En el organigrama de la Provincia de San Nicolás de Tolentino, China continental formaba siempre parte de la Vicaría de Filipinas y China (hasta 1995) y después, junto a Taiwán, de la Delegación provincial de China y Taiwán. Así ha venido funcionando en los últimos años.

Al suprimirse la comunidad de Taiwán el 4 de septiembre de 2011, el consejo provincial decidió erigir la Delegación de China continental. Así lo aprobó el Capítulo provincial en mayo de 2012. En mi reciente viaje a China se organizó la delegación y se hicieron los nombramientos necesarios para su normal funcionamiento. La delegación es una parte de una provincia que se encomienda a un religioso para que la administre según las normas y facultades recibidas del prior provincial.

P.- ¿En qué ha consistido su reciente visita a China? ¿Qué novedades ha podido observar?
R.- En el pasado mes de mayo, acompañado por el secretario de la Provincia, he realizado la visita fraterna a los hermanos de China continental. Salimos de Madrid el día 29 de abril y estuvimos con ellos hasta el 11 de mayo. Es la quinta visita que yo hago a China.

La gran novedad, con relación a las anteriores, es que, por primera vez, nos hemos podido hospedar e instalar en la casa de los religiosos en Shangqiu (la antigua misión de Kweiteh). Antes teníamos que alojarnos en un hotel de la ciudad. Ahora nos hemos sentido “en casa”, nunca mejor dicho.

El jueves 2 de mayo tuvimos una primera reunión con todos los religiosos para repasar y consolidar lo que ya propusimos en la visita de renovación hace dos años: terminar la construcción de la casa y crear una comunidad en Shangqiu; establecer un programa de formación permanente para los religiosos y de formación inicial para los aspirantes; estudiar las posibilidades de ampliar nuestra presencia en otros lugares de China, con nuevas posibilidades formativas, pastorales y vocacionales.

Durante esos diez días, hablé personalmente con cada uno de los religiosos, con algunos de ellos durante tres horas, con la valiosa ayuda como traductores de los dos religiosos chinos que saben español. También visitamos las parroquias donde viven y trabajan algunos de nuestros frailes. El jueves 9 de mayo tuvimos la reunión final con todos los religiosos, para confirmar la organización de la delegación, hablarles del proceso de revitalización y reestructuración que está viviendo la Orden y la Provincia y agradecerles, en fin, su acogida y colaboración.

Haren Delante de la casa, algunos de los religiosos chinos posan con el Prior Provincial (cuarto por la derecha) P.- Tenía también la intención de visitar la ciudad de Shanghai y las antiguas propiedades de la Orden: ¿pudo hacerlo?
R.-También ésta fue una novedad importante. Por primera vez, acompañados del administrador de la diócesis de Shangqiu y del delegado provincial, visitamos nuestras antiguas propiedades en Shanghai, que ahora pertenecen a la diócesis de Shangqiu. Fue una experiencia emocionante, de reencuentro con nuestras raíces: tuvimos la oportunidad de visitar, pisar y fotografiar la casa de la calle Molière 6, en la que desde 1907 estuvo la Procuración General. Queríamos informarnos de la situación real de esas propiedades, conocer sus posibilidades y tratar de conseguir un asesoramiento profesional que les oriente y ayude a obtener el mayor provecho para la diócesis de Shangqiu.

P.- ¿Cuántos son los agustinos recoletos en China?
R.- En este momento hay 12 religiosos agustinos recoletos en China: once de ellos son sacerdotes y profesos solemnes; uno es sacerdote y profeso simple. Ocho trabajan en la diócesis de Shangqiu; dos en la de Kaifeng y otro en la de Hezé. También hay uno en la diócesis de Zhumadián.

Además, hay tres sacerdotes en proceso de formación para llegar a ser agustinos recoletos. Llevan ya dos años preparándose y van dando los pasos necesarios para ser un día religiosos de la Orden.

Y hay seis seminaristas: cuatro de ellos estudian en el seminario de Xian; otro estudia primer año de teología en el de Beijing; otro está a punto de acabar la teología en Wuhan.

Aparte de los agustinos recoletos, hay también una amplia y joven comunidad de Misioneras Agustinas Recoletas (MAR). Son cerca de 30 religiosas, de las que siete viven en la casa central en Shangqiu y otras están repartidas, ayudando a nuestros frailes en las parroquias y en el kínder.

Existe también un buen grupo de la fraternidad seglar. Era un grupo muy numeroso, de casi 100 personas, que ahora se ha dividido y está en la mitad, unos 50 miembros.

P.- ¿Cuántas son las comunidades?
R.- Yo diría que ésta es la principal novedad. En este momento puedo decir con satisfacción que en China, por fin, existe una comunidad de agustinos recoletos. Tres de nuestros religiosos viven en comunidad en Shangqiu. Con ellos, en esa misma casa, vive un sacerdote aspirante. En ella viven y se forman también los seminaristas en el periodo de vacaciones. A esa casa-comunidad acuden periódicamente y en ella se reúnen todos los religiosos para la formación permanente. Esto era impensable hace unos años, y nos llena no sólo de satisfacción sino, sobre todo, de esperanza.

Haren Reunión con el Prior Provincial P.- ¿Qué nos puede decir de la formación de todos ellos?
R.- El mayor avance que hemos notado en estos últimos años se refiere a la formación. Cuando todos estaban dispersos, cada uno atendiendo su parroquia, era un sueño que parecía imposible. Se insistió mucho en la necesidad e importancia de estos encuentros, de reunirse varias veces al año para formarse y convivir como agustinos recoletos. Se hizo un programa, con encuentros cada dos meses. Y lo están cumpliendo a rajatabla.

Por primera vez, durante el mes de abril, se han reunido todos los religiosos para vivir juntos una semana de ejercicios espirituales en la casa. Ha sido una experiencia muy positiva, muy impactante y muy enriquecedora para todos ellos. Se reúnen periódicamente para tratar temas de formación (la Regla, las Constituciones, temas de vida religiosa, la nueva evangelización…) y para vivir en comunidad como agustinos recoletos. En torno a la fiesta de San Agustín se juntan todos para celebrar juntos la fiesta. Tienen también varios encuentros y días de convivencia y realizan una excursión en comunidad a algún lugar de interés.

Tenemos la suerte de poder ayudarles en esa formación. El regreso a China de dos religiosos que han estado varios años estudiando y formándose en España, ha sido providencial y muy positivo. Y también podemos contar con la colaboración de un religioso español que habla chino y ocasionalmente se hace presente y acompaña en la formación a los religiosos, a las religiosas, a los formandos y a los seglares.

Haren Reunión con el Prior Provincial P.- Fuera del país, ¿hay también religiosos chinos? ¿cuántos son y a qué se dedican?
R.- Fuera de China, en estos momentos hay siete religiosos chinos en España: dos, ya mayores, viven en la comunidad de Monteagudo, tras gastar toda su vida trabajando sobre todo en Taiwán; otro religioso atiende en Madrid la capellanía china que nos encomendó la arquidiócesis; los dos primeros candidatos que han hecho todo el proceso de formación en España están a punto de terminar sus estudios de teología; otros dos están acabando el proceso formativo; hay, además, un postulante en la casa de formación de Las Rozas.

Por otra parte, sigue abierta la puerta para que alguno de nuestros religiosos de China pueda venir a formarse y especializarse en Europa en el futuro, lo que redundará en un gran provecho para la Orden en China.

P.- ¿Cómo ve las perspectivas de la Iglesia y la Orden en China?
R.- Yo suelo decir siempre que “China está en manos de Dios”. Es decir, está en buenas manos, en las mejores manos. Ha pasado por situaciones tan difíciles y tan comprometidas en su historia reciente, ha superado tantos peligros, persecuciones y oposiciones que, con las solas fuerzas humanas, no se entiende la subsistencia y la vitalidad actual del Evangelio, de la Iglesia y de la Orden.

De cara al futuro, las perspectivas son cada día más esperanzadoras y halagüeñas. No es que el horizonte esté del todo despejado, tranquilo y sin nubes. Pero se van abriendo claros, se va notando un clima creciente de libertad, de respeto y de oportunidad para que el Evangelio prenda en los corazones e incendie ese inmenso país en el que viven más de 1.300 millones de personas (sólo en la provincia de Henan, donde estamos asentados, viven más de 100 millones). ¡Ojalá seamos capaces de participar activamente en la evangelización de China!

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