Los beneficiarios del proyecto “Casas comunitarias” proceden en su mayor parte de pequeñas comunidades rurales (ribereñas e indígenas) desperdigadas por los numerosos afluentes del río Purús. Son personas que viven de la pesca, la caza y la recolección diaria. Estas familias, carentes de todo, ven en la ciudad una tabla de salvación.
Sin embargo, la ciudad lo que les ofrece es desempleo, marginación, infravivienda y unas condiciones de vida aún más denigrantes que las que tenían en el interior. Cuando llegan se instalan en casas construidas con materiales de desecho sin las mínimas condiciones de higiene. La basura y las aguas negras van a parar al río o a las calles, provocando de esta manera enfermedades infecciosas y gastrointestinales.
Casa y huerta
“Casas comunitarias” es un proyecto de desarrollo que facilita a las familias una vivienda de construcción nueva y amplia junto con una educación preventiva en hábitos de higiene. La Prelatura de Lábrea ha adquirido un terreno bautizado como “Tierra solidaria”. Cada familia recibe los materiales para construir sus nuevas casas. En 60 metros cuadrados se distribuyen la sala de estar, dos dormitorios, una cocina y un cuarto de baño. Además cada familia cuenta con un área de cultivo de verduras para consumo doméstico.
El coste total de los materiales es de aproximadamente unos 2.500 euros.
Desde el año 2006 se han construido más de 110 casas que han beneficiado a otras tantas familias. En total, más de un millar de personas en situación de extrema pobreza han conseguido mejorar sus condiciones de vida en el nuevo barrio que los agustinos recoletos han creado en Lábrea, el barrio “Tierra solidaria”.
Entre las entidades que han colaborado para hacer posible la construcción de estas viviendas se encuentran los ayuntamientos navarros de Cascante, Castejón y Lodosa, la mancomunidad de aguas de Montejurra y el Gobierno de Navarra.