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Alphonse Gallegos, el obispo del barrio, camino de los altares

Miguel Miró adjuntó a su petición una carta en la que pedía acelerar el proceso y resaltaba algunos de los rasgos de modernidad de Alphonse Gallegos, quien en la zona de Watts (Los Ángeles) era conocido como «el obispo del barrio».

Su total y gozosa disponibilidad con la gente, su constante apostolado entre pobres y enfermos, su dedicación, por muchos considerada temeraria, a los jóvenes marginados, a cuyo encuentro salía incluso en los ambientes nocturnos, su lucha a favor de la vida, que le llevaba a participar en manifestaciones contra el aborto, y su completa identificación con los emigrantes y con la minoría chicana han sido defendidas como virtudes para su canonización.

La solicitud del prior general contaba además con el respaldo de monseñor Jaime Soto, actual obispo de Sacramento, localidad en la que Alphonse Gallegos fue obispo auxiliar entre 1981 y 1991, fecha de su fallecimiento a causa de un accidente de tráfico.

El cardenal Angelo Amato se mostró admirado por las características y cualidades que adornan la figura de Gallegos y, tras un sumario repaso del calendario de la Congregación, apuntó principios de 2016 como fecha de estudio de la «Positio» por parte de la comisión de teólogos.

En la entrevista, Miguel Miró estuvo acompañado por fray Samson Silloríquez, encargado de las causas de canonización de la Orden, y por fray Eliseo González, que colabora con Silloríquez en el proceso de monseñor Alfonso Gallegos.

Proceso de la canonización

Su causa de canonización fue introducida en Roma en noviembre de 2006 y cuatro años más tarde, a petición de los agustinos recoletos, sus restos fueron exhumados y trasladados solemnemente al Santuario Nacional Nuestra Señora de Guadalupe, centro hispano en las proximidades de Sacramento, localidad en la que Alphonse Gallegos tiene dedicada una importante avenida, con una estatua suya.

A lo largo de los años de este proceso canónico se ha tomado declaración a un total de 130 personas que trataron con «Father Al». Con estos testimonios Silloríquez y González han elaborado un amplio estudio de 640 páginas en formato mayor, en el cual desmenuzan la vida de este obispo hispano, a quienes los tuneadores de coches consideraban su capellán.

Vida de Alphonse Gallegos

Alphonse Gallegos Apocada nació en Albuquerque (Nuevo México, Estados Unidos) el 20 de febrero de 1931. Desde muy pequeño sufría una grave miopía que le suponía serias dificultades para leer.

Por su esfuerzo y espíritu de amor a Dios se le consideró idóneo para la vida religiosa y el sacerdocio. Agustino recoleto desde 1951, la mayor preocupación de su ministerio pastoral fue la educación de los jóvenes y crear alternativas a las peligrosas bandas en las que se agrupaban.

Su dedicación pastoral hizo que fuera nombrado en 1979 primer director de la Oficina de Asuntos Hispanos de California.

El 4 de noviembre de 1981 fue consagrado obispo auxiliar de la diócesis de Sacramento, donde se caracterizó por su alegría constante, la paciencia con la que vivió la limitación de la vista y por su trato amable y cariñoso con todos, incluso con aquellos que dificultaban su labor pastoral.

Su intensa vida de oración y su compromiso con los pobres y necesitados, especialmente con los emigrantes latinos que buscaban un mejor futuro en los Estados Unidos, fueron también parte de sus señas de identidad. Alphonse Gallegos murió en un accidente de tráfico en 1991 cuando sólo tenía 60 años.

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