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Miguel Miró: “No basta con cerrar casas o unir provincias, hay que potenciar lo evangélico en nuestras vidas”

El padre Miguel Miró tiene la afabilidad en el rostro de una persona que ha pasado por la docencia, que imprime tanto carácter como el Orden Sacerdotal. Este religioso agustino recoleto nacido en el pueblecito catalán de Vinebre (Tarragona) ha dedicado su vida a enseñar a los novicios la belleza de la vida seguida tras los pasos del gran padre Agustín de Hipona.

Sus caminos le llevaron a estudiar arquitectura técnica en la Universidad de Barcelona y a estudiar para religioso en Monteagudo, Lodosa, Marcilla y Roma, donde se licenció en Teología Espiritual en la Gregoriana de la Ciudad Eterna. Ya en el año 2004 fue destinado a Roma tras su elección como Vicario General y en el Capítulo General celebrado en el año 2010 en Monachil (Granada) los recoletos le nombraron Prior General al frente de toda la Orden.

P.- ¿En qué proceso está actualmente la Orden?

R.- A raíz del Capítulo General que tuvimos en el año 2010 se inició este proceso de revitalización y reestructuración en que se trata de reavivar el carisma de los agustinos recoletos y así poder responder mejor al reto que tiene la Iglesia de la ‘Nueva Evangelización’ para dar sentido al hombre de hoy desde el carisma agustiniano.

P.- Y ¿cuáles han sido los pasos seguidos hasta ahora?

R.- Se nombró una comisión con un religioso de cada provincia y tras varias reuniones se han establecido tres etapas: Mentalización, reflexión y consulta a todos los religiosos de la Orden y con las respuestas de los 1.100 agustinos recoletos que somos, la Comisión ha presentado una serie de propuestas.

P.- ¿En qué fase se encuentran?

R.- Acabamos de terminar una reunión extraordinaria en el monasterio de San Millán de la Cogolla donde ha estado el Consejo General y los ocho Priores provinciales para ver cómo y qué medidas tenemos que tomar para vivir mejor nuestra vida de agustinos recoletos, la vida comunitaria. También para ver cómo podemos relanzar la misión y la actividad evangelizadora que tenemos.

Cambio de mentalidad

P.- Están extendidos por cuatro continentes, reunir toda esa información habrá sido duro.

R.- Estamos en 19 naciones y organizados en 8 Provincias que no son geográficas ya que 4 están en España y tienen comunidades sobre todo en América, otra en Filipinas, otra en Estados Unidos, otra en Colombia y una más en Brasil; verdaderamente ha sido un trabajo muy arduo. Además ahora hay una situación cambiante ya que antes teníamos vocaciones españolas que iban a América o Filipinas y ahora en cambio tenemos vocaciones en América y Asia y no tenemos, salvo un novicio, en España.

Por eso en las comunidades han subido la media de edad de los religiosos como en Estados Unidos que tienen una media de 67 años, mientras que en Filipinas es de 43 años.

P.- Y eso conlleva no poder atender ministerios que antes llevaban los frailes.

R.- Ciertamente tenemos que contar más con la ayuda de los laicos ya que para nosotros es muy importante contar con ellos, pero no solo desde el punto de vista laboral y contractual, sino compartiendo la misión evangelizadora que tenemos en las parroquias o en los colegios. Tenemos que dar un cambio de mentalidad con esto ya que hay estructuras que no son económicamente solventes y responder con ideas de otro tiempo a la situación actual, esto pasa en las empresas, en la política y también nos pasa en la vida religiosa, es ley de vida.

Continuidad con renovación

P.- Este mismo camino de reestructuración lo están siguiendo varias órdenes religiosas.

R.- Ya llevamos 9 documentos de reflexión, hemos tenido etapas de consulta y ahora nos toca tomar las decisiones. Tenemos el Capítulo General en el año 2016 y durante los Capítulos Provinciales será un tema prioritario el análisis de la situación y el futuro de la Orden donde no basta con pensar en cerrar casas, eso sería un error ya que lo vemos como un decaimiento, o unir Provincias y así somos más, esto es ‘pan para hoy y hambre para mañana’.

P.- Es decir, que habrá renovación, pero no revolución

R.- Se trata de pensar qué hacemos y cómo lo hacemos ya que una Orden de 500 años no puede cambiar de la noche a la mañana, pero sí que podemos ponernos plazos para ir haciendo cambios. Hay una continuidad, pero con renovación, buscando lo que hay más evangélico de nuestra vida para potenciarlo y aquello que se ha ido acumulando más con el tiempo y no aporta nada ir quitándolo.

Proyecto apostólico

P.- En las propias Constituciones de la Orden se obliga a una constante renovación.

R.- Una de las prioridades de la Orden es la formación para estar actualizados, una formación permanente es vital para nosotros. Los muchachos que vienen de un nivel de formación muy concreto y tenemos que especializarlos para que formen a su vez a más frailes, por eso hemos iniciado formación con charlas, talleres agustinianos con religiosos, laicos y religiosas, para difundir la misión que tenemos en la Iglesia de difundir el Evangelio al estilo de san Agustín. Para ello la Orden facilita, por su estructura, el enviar a Roma a estudiar a aquellos religiosos que lo precisen.

Por todo ello lo que deseo es ofrecer para el Capítulo General del 2.016 un Proyecto Apostólico de Orden, que explique qué queremos ofrecer los agustinos recoletos.

Con los pobres

P.- Y ¿qué quieren ofrecer?

R.- Estamos viéndolo precisamente en estos días, somos hombres convocados por Cristo a vivir en una comunidad de fe, que es muy importante para nosotros, donde ponemos todo en común y tenemos que tener un proyecto para una comunidad que vive y hace una propuesta evangelizadora para la que contamos con la comunión de la Iglesia, ya que no vivimos aislados, y con los obispos, sacerdotes y con los laicos y estar al servicio del Pueblo de Dios como nos pide el Papa Francisco a estar cerca de los que sufren, de los más pobres.

P.- ¿Cómo es la vida de un recoleto?

R.- Nosotros queremos hablar claramente a la sociedad, perder el miedo y exponer nuestra postura ante la vida y el mundo, ofrecer luz y que no vamos en contra de la sociedad, queremos despertar la alegría y la esperanza con un sentido misionero, de justicia y paz.

Apostolado y enseñanza

P.- ¿Cuál es la labor actual de los agustinos recoletos?

R.- En un tiempo pasado éramos frailes de España que íbamos a misiones, en este momento en los países donde estamos tenemos colegios, universidades en Filipinas o Colombia, estamos muy involucrados en el campo de la enseñanza y haciendo una labor humana y evangelizadora.

También tenemos parroquias y algún que otro monasterio, pero nuestra faceta principal es que ya no vivimos en monasterios como Yuso o Marcilla ya que a raíz del Capítulo de San Millán de 1908 la Orden tomó una opción apostólica y tras los años de la Desamortización se optó por dedicarse más al apostolado y la enseñanza.

P.- Siempre se refieren al Carisma de la Orden, ¿cómo lo definiría?

R.- Es una peculiaridad nuestra que nos define, con la acción del Espíritu Santo, en la vida comunitaria, en la búsqueda de Dios y evangelizar donde la Iglesia nos necesita.

Buena disposición

P.- ¿Estas reuniones son tensas o hay armonía?

R.- La verdad es que no son nada duras, hemos cambiado de metodología y táctica ya no venimos cada uno con nuestros papeles y nos ponemos a discutir, ahora partimos de hacer un proyecto y hemos buscado inclusive a un facilitador que nos guíe en nuestro camino y no permita que nos apartemos de nuestra misión, que nos centre en pensar con qué contamos y que todo ello nos lleve a la necesaria reorganización, pero eso sí es más difícil ya que cuesta mucho todo cambio pero donde hay ruptura hay posibilidad y los religiosos tenemos muy buena disposición.

Desde la periferia

P.- Una de las críticas que hay es que se ve la vida religiosa de una manera diferente desde Roma que desde América, Asia o África.

R.- Todo tiene su parte positiva y sus aspectos negativos, nosotros estamos en 12 naciones de América, 3 de Asia, 3 de Europa y 1 de África y estar en Roma supone que puedes tramitar muchas cosas con la Santa Sede, con las congregaciones romanas, sobre todo la de Religiosos, y hay una cierta labor burocrática, pero también están los consejeros generales que mueven los secretariados y que están en relación constante para ver qué se hace en la Iglesia, además me ayudan en mi labor ya que tengo la obligación de visitar en 6 años las más de 200 comunidades. Además Roma es un país ‘neutral’, ya que no es España y transmite cierta sensación de independencia en la toma de decisiones, como nos dice el Papa Francisco «tenemos que ver la realidad desde la periferia».

Nuevo estilo

P.- Y ahora que hay un religioso en la Cátedra de San Pedro, ¿cómo lo sienten desde las Órdenes?

R.- Para mí supuso una cierta alegría esperanza e ilusión de sintonizar con un sentido que ha reforzado la expansión misionera de la Iglesia, el Papa con su liderazgo evangélico está marcando un estilo que está cercano a la gente.

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