— José Manuel, descríbenos a grandes rasgos el proyecto “Descalzos”
El proyecto musical “Descalzos” quiere ser un recuerdo agradecido y un sentido homenaje a quienes, atentos a la voz del Espíritu, han recorrido durante más de cuatro siglos un camino apasionado y comprometido de amor a Dios y de seguimiento de Jesucristo al estilo de san Agustín: los agustinos recoletos.
– ¿Por qué el nombre de “descalzos”
Porque así se llamó el documento que la Orden de Agustinos Recoletos considera su “partida de nacimiento”: Forma de vivir los Agustinos Descalzos. Aquel texto redactado por el agustino fray Luis de León, se aprobó en septiembre del año 1589, convirtiéndose en la primera guía y el documento fundacional para los seguidores de una reforma que, dentro de la orden agustiniana, había sido aprobada el 5 de diciembre de 1588 en la ciudad de Toledo (España).
— ¿Qué nos vamos a encontrar en “Descalzos”?
El proyecto está enfocado hacia la musicalización de distintas realidades que han ido configurando nuestra identidad carismática a lo largo de la historia; así que nos vamos a encontrar con una serie de canciones que “abarcarán” desde por ejemplo la Regla de san Agustín, hasta nuestra aportación y presencia en la evangelización de América y Filipinas, pasando por la Gran Unión de 1256 que dio origen a la Orden de San Agustín, el Capítulo de Toledo de 1588 en el que vio la luz la Recolección Agustiniana, el propio documento de la Forma de Vivir, así como también personalidades tan significativas como fray Luis de León, santa Magdalena de Nagasaki, la madre Mariana de San José, san Ezequiel Moreno y otros.
— ¿Qué puede aportar este proyecto al Año de la Vida Consagrada?
La Recolección o Descalcez agustiniana nació en un momento en el que se respiraba un ambiente de excepcional densidad espiritual y ansias de renovación. El Año de la Vida Consagrada convocado por el papa Francisco quiere dar un nuevo impulso a esta forma del seguimiento de Cristo. La Orden de Agustinos Recoletos se halla inmersa en su propio proceso de revitalización y reestructuración. No es difícil ver la conexión que se puede establecer entre estas realidades. Por ello, me gustaría que, a través de la humilde mediación de la música, el proyecto “Descalzos” aportara su granito de arena a esta dinámica de revitalización de la vida religiosa en general y de la Orden recoleta en particular. La docena de temas que, aproximadamente, compondrán el proyecto, tratarán de expresar algo de la belleza que posee y el gozo que produce la vida consagrada y, en ella, el carisma agustino recoleto.
— ¿Podría decirse que va a ser un proyecto dirigido a un público más “familiar”?
Así es. El deseo de “cantar nuestro carisma” supone que tienes en mente a aquellos que caminan ya por el sendero agustino recoleto, o se están preparando para hacerlo. Mi deseo sería que “Descalzos” llegara al mayor número posible de oyentes dentro de la extensa familia agustiniana y recoleta: religiosas y religiosos, jóvenes que se forman en las casa de formación, monjas contemplativas, misioneras, fraternidades seglares, juventudes agustino-recoletas (JAR)… Creo que es en este ámbito donde se podrá apreciar mejor el “espíritu” que late en estas composiciones, y donde podrán tener más vida, en forma de ayuda al conocimiento del carisma, interés por profundizar en aquello que se está cantando, instrumento para la oración personal y/o comunitaria, para los encuentros de todo tipo que nos reúnen como familia, como comunidad, como Orden…
— ¿Cómo lo vas a hacer llegar?
A diferencia de otros proyectos musicales anteriores, he pensado que esta vez no voy a publicar un disco físico en una editorial, con la obligación de adquirir un número determinado de copias para ponerlas después a la venta, ciñéndote a unas horas muy concretas en el estudio de grabación que no encarezcan el producto, etc, etc, etc. Ahora las canciones las iré preparando con más calma, contando con la ayuda de un gran arreglista, Andrés Tejero, y luego las iré ofreciendo para su audición y descarga gratuitas en todo tipo de soportes relacionados con Internet: la página web de la Orden, la de la Provincia de San Nicolás de Tolentino -que es quien apoya y promueve el proyecto-, la mía propia, Facebook, etc. De este modo, quien esté interesado podrá tener las canciones disponibles con una mayor flexibilidad de manejo, formato y portabilidad.
— Has mencionado discos anteriores: ¿qué balance haces de tus años como compositor y cantante?
Solo puedo hacer un balance enormemente agradecido. Precisamente acabo de terminar de dar forma a una recopilación de temas que he llamado “Canciones al aire”, y que presento como una confesión de amor y agradecimiento a Dios y a la Orden de Agustinos Recoletos por quince años de música. Fue en el transcurso de unos pocos meses, a caballo de los años 1999 y 2000, cuando textos y melodías que se habían ido gestando con el paso del tiempo y que vivían al calor de la intimidad personal y familiar, fueron dejando el sedentario hogar para lanzarse al aire y exponerse -con ilusión y temor- al oído público. De este modo, veintidós de mis canciones se presentaron en sociedad contenidas en los discos Camino de Santiago y Vendremos a él; el primero nacido tras la experiencia de peregrinar a la tumba del apóstol en Compostela (Galicia, España), y el segundo con motivo del Año de la Trinidad y la Eucaristía, junto con el Jubileo que abría el tercer milenio del cristianismo. El mismo número de canciones salió al aire unos años después a través de las grabaciones tituladas Confieso tu amor (2006) y Agustín íntimo (2012), ambas con la figura y escritos del santo Obispo de Hipona como eje.
Reitero que han sido años de experiencias musicales muy hermosas -composiciones, discos, recitales y conciertos- que me hacen sentir lleno de agradecimiento y que me impulsan a seguir adelante, como diría san Agustín, cantando y caminando.
— Durante bastante tiempo has desempeñado labores de formador dentro de la Orden ¿Hay conexión entre formación y música?
La música ha estado presente en mi vida desde el primer momento en que tuve relación con los agustinos recoletos, siendo niño aún. Y ha seguido estándolo con el paso de los años en los distintos ministerios por los que he pasado. La idea de componer y cantar “lo nuestro” comenzó a materializarse en los años como formando; ahora, como formador, sigo ofreciéndolo con la misma ilusión o más, si cabe. Disfruto haciéndolo, disfruto tratando de transportar nuestro carisma al lenguaje de la música y el canto; creo que es una humilde pero hermosa aportación, y me produce gozo y agradecimiento saber que algunas de mis canciones van formando parte de la vida y de la identidad carismática de nuestros formandos; a ellos les debo el acicate que suponen para mí a la hora de hablarles con música del carisma y de la familia agustino-recoleta
— ¿Hay más proyectos en camino?
De momento voy a centrarme en “Descalzos” y en el reto que supone ofrecer un tema nuevo cada mes hasta febrero de 2016, en que se clausura el año de la Vida Consagrada. Por ahora el propósito se va cumpliendo, pues el pasado diciembre el proyecto comenzó a andar con el canto “Ante Omnia”, en enero se publicó “Santa unión”, febrero es para el tema “Vida retirada”, un canto de homenaje a fray Luis de León; pero todavía hay mucho trabajo por delante con el resto de temas.
En ratos libres también voy confeccionando la partitura de algunos temas que he ido componiendo y que carecían de ella. Además me gustaría musicalizar algunos textos de la Liturgia de las Horas Agustiniana, como ya hice con las vísperas del día de Todos los Santos de la Orden.
— ¿Querrías añadir algo más?
Me gustaría terminar agradeciendo la invitación que se me ha hecho a responder a estas preguntas. Y, en cuanto al proyecto musical “Descalzos”, sólo añadiría que, aunque nos remite a nuestra historia pasada con el ánimo de admirar, y agradecer, busca también ayudarnos a vivir con mayor intensidad nuestro presente e impulsarnos hacia el futuro. Ojalá esta sencilla aportación musical sea un acicate más para conocer, celebrar, renovar y vivir el carisma agustino recoleto en comunión con otros consagrados y consagradas, desde la alegría del Evangelio.
Muchas gracias.