Gustad y ved que bueno es el Señor
Más de cincuenta agustinos recoletos que ejercen su ministerio en diversos países asistieron a la profesión de los diez novicios en Monteagudo, España. Asistieron los cuatro priores provinciales con residencia en España y el Obispo de Tarazona, Mons. Eusebio Hernández OAR. Por ser precisamente un acontecimiento de la Iglesia y una fiesta de familia, se hicieron también presentes las Misioneras Agustinas Recoletas, la fraternidad agustino recoleta, amigos y conocidos de los religiosos de la comunidad. Acudieron también algunos familiares y amigos de los que profesaron, procedentes desde México.
Presidió la eucaristía Miguel Miró, prior general de la orden de agustinos recoletos. En su homilía, en primer lugar, dio gracias al Señor por estos diez jóvenes que quieren amar a Cristo siendo agustinos recoletos. Los invitó a recordar cómo Dios ha ido tejiendo de modo admirable en su vida una historia de amor. Les dio las gracias por responder generosamente al llamado del Señor. Agradeció también la labor de los formadores y de la comunidad de Monteagudo.
A la luz de la Palabra de Dios proclamada, invitó a los presentes a confiar en la fuerza que da el Señor aún en los momentos de dificultad: Jesús se nos da como pan de vida. Miguel Miró les dijo que Jesús sale a nuestro encuentro y nos da nuevos motivos para vivir, amar y servir. Es cuestión de arriesgarse a abrir el corazón. El acontecimiento de la profesión, sugirió el prior general, es una llamada a no dejarse robar la esperanza. Y dijo a los que profesaban: “Experimentad el amor de Cristo. No sigáis a los que han perdido la esperanza”. Recordó que el Papa Francisco nos llama en este año dedicado a la vida consagrada a recordar el pasado con gratitud, a vivir el presente con pasión y a abrazar el futuro con esperanza.
Nuevos agustinos recoletos
Después de un año de noviciado, Miguel Ángel Isidro, Lucas Damián Sandanella, Luis Nahum Camarillo, Luis Otoniel Rosales, Dolmer Arévalo, Erich Estuardo García, Jesús Emmanuel Mendoza, David Enrique Conejo, Ken James Kayathinkal y Hernán Alberto Mongua se consagraron a Dios emitiendo sus votos de pobreza, castidad y obediencia según la Regla de san Agustín y las Constituciones de la Orden. Durante todo este año tuvieron la oportunidad, acompañados por un equipo de formación, de conocer desde dentro el carisma, la historia y la espiritualidad agustino recoleta. Y comprobaron que con sus solas fuerzas este camino no es posible. Por lo que, con humildad y el agradecimiento a Dios y a la comunidad que los guió, asumen este compromiso confiando en la ayuda de Cristo que es quien les llama a seguirle y les envía cada día a hacerle presente en su comunidad y en la Iglesia.
Noviciados dependientes del Prior General
Toman el relevo nueve jóvenes que inician el noviciado con la ilusión de consagrarse a Dios. Los nuevos novicios proceden de México, Colombia, Panamá, Guatemala y República Dominicana.. Esta entrega de testigo se repite en Monteagudo cada mes de agosto desde hace 186 años. Es rutina, la feliz rutina que ha abierto las puertas de la Orden a más 2.000 agustinos recoletos.
Lo realmente novedoso esta vez no estaba sólo en los novicios, sino en sus formadores. La novedad era que tomaba el relevo un nuevo equipo de formación, internacional e interprovincial, directamente nombrado por el Prior General.
El último Capítulo General de los agustinos recoletos, celebrado en 2010, aprobaba una ordenación según la cual los novicios de las ocho provincias de la Orden debían concentrarse en tres únicas casas de formación. Se pretendía con ello “favorecer la comunión entre las provincias y garantizar una formación carismática”. La misma ordenación terminaba un número mínimo de novicios, que en ningún caso sería inferior a cinco; y, al mismo tiempo, reservaba al Prior General la facultad de nombrar a los miembros de los respectivos equipos de formación. La ordenación se puso en práctica enseguida. El prior general, Miguel Miró, designó las tres casas noviciado, una por continente: El Desierto de la Candelaria (Ráquira, Colombia), Antipolo (Rizal, Filipinas) y Monteagudo (Navarra, España). Y, junto con ello, nombró los tres equipos, a los que dio las instrucciones correspondientes.
Nuevos equipos de formación
El pasado 22 de julio el prior general comunicaba el nombramiento a los priores provinciales, a las casas dependientes de la Curia General y al conjunto de la Orden. El nuevo equipo estaría formado por tres religiosos: Francisco Javier Jiménez García-Villoslada, prior de la comunidad; Fabián Martín Gómez, maestro de novicios; y Jiovanny Marcelo Pantaleón, vicemaestro. En el nuevo equipo el prior de la comunidad es español, el maestro mexicano y el vicemaestro dominicano. El prior general agradeció en la profesión de los novicios la labor realizada por el anterior equipo de formación, formado por Fermín Salvatierra, José Manuel González Durán y Miguel Ángel Hernández.
El noviciado de El Desierto de la Candelaria, en Colombia, este curso tenía un solo novicio que se ha incorporado al noviciado de Monteagudo.
El noviciado de Antipolo en Filipinas cuenta actualmente con siete novicios. El equipo de formación fue nombrado el pasado 8 de abril y está compuesto por Bernabé M. Dosdos, prior de la comunidad; Leopoldo V. Estioko, maestro de novicios; Ronel P. Gealon, vicemaestro de novicios; Roland P. Cepe, maestro de prenovicios; Ian Anthony Espartero, presidente del Secretariado provincial de Formación.
A los equipos de formación nombrados este año, el Prior General les recordaba cómo el noviciado debe “marcar la existencia” del novicio, para lo cual les exhortaba “a dar testimonio de comunión y de vida evangélica”. Y, en cuanto a la línea formativa, Miró la resumía en el “acompañamiento personalizado y comunitario” según el espíritu y la letra del Itinerario de Formación Agustino Recoleto (IFAR), que los formadores deben asumir. En fin, invitaba a sus miembros que “busquen siempre prepararse mejor para realizar esta misión”.