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Encuentro del Consejo General con los priores provinciales: se deciden los tres modelos de reestructuración de la Orden

Desde que el Capítulo General de 2010 diera el banderazo de salida de un intenso sexenio consagrado a la renovación profunda de la Orden de Agustinos Recoletos, el Consejo General se ha venido apoyando en la estrecha colaboración de los máximos responsables de las ocho provincias, sus priores provinciales.

El recorrido hecho

Siguiendo las orientaciones del Capítulo General de finales de 2010, el Consejo General ha buscado caminar junto con los priores provinciales y su consejos. No había pasado un año desde la clausura del Capítulo cuando, del 8 al 12 de noviembre de 2011, los dos organismos se reunieron en Roma por primera vez. Tema principal  de aquella reunión era el de los noviciados en común, que a partir de ese momento pasarían a ser regulados por el Prior General.

Una segunda reunión tuvo lugar, también en Roma, entre el 8 y el 13 de abril de 2013. Sirvió para tomar el pulso del proceso de revitalización que los priores provinciales tenían que pilotar en sus respectivas demarcaciones.

Entre el 30 de junio y el 7 de julio de 2014, se celebró en San Millán de la Cogolla (La Rioja, España) un encuentro transcendental en el que ambos organismos reflexionaron juntos sobre el carisma agustino recoleto en la actualidad e intentaron plasmarlo en un Proyecto de Vida y Misión (PVM) que a continuación se trasladó a todas las comunidades recoletas, y que a su vez ha marcado la pauta de otros tantos proyectos provinciales.

Ese mismo año 2014, una segunda reunión, celebrada en Roma (17-21 noviembre) sirvió para culminar la elaboración del PVM incorporando a él más de 600 enmiendas llegadas de la base. Hecho lo cual, este importante documento fue promulgado por el Prior General el Día de la Recolección (5 de diciembre) del año pasado.

En Monachil

Un año después se ha celebrado la siguiente reunión, que ha tenido lugar en el Convento de Nuestra Señora del Buen Consejo, en el Barrio de Monachil (Granada, España), del pasado 30 de noviembre al 4 de diciembre. En el salón “Beato Vicente Soler” de esta histórica Casa de Formación de la Orden, se han dado cita los ocho representantes de las provincias con los seis consejeros generales.

Presidía las sesiones el prior general, Miguel Miró, que abrió las deliberaciones con unas palabras de agradecimiento y la exhortación a ser todos personas de diálogo y encuentro: “No son camino válido, advirtió, ni la prepotencia ni el victimismo”. E inmediatamente animó a los presentes a “afrontar las cosas con espíritu evangélico, de conversión; y a marchar juntos por el camino de la renovación, que exige corresponsabilidad y humildad”.

Reestructuración de las provincias

Tema monográfico de la reunión era el de la reestructuración de las provincias. Sobre él habían reflexionado previamente todos los consejos provinciales, que aquí presentaban sus propuestas. En esta reunión conjunta se trataba de concordar posibles modelos de redistribución territorial, que en breve tiempo se presentarán a todos los religiosos, recabando su opinión. Al final, quien deberá tomar la decisión última es el Capítulo General, convocado para octubre de 2016.

Los tres modelos básicos acordados en Monachil van desde la posibilidad de suprimir las provincias ahora existentes y erigir luego cuatro provincias de nueva planta, a la de mantenerlas todas aplicándoles un proyecto de viabilidad y reestructuración interna, pasando por la posibilidad de mantener cuatro de las provincias actuales a las que se unirían las otras, más débiles.

Reestructuración general

Una y otra vez se hizo notar en la asamblea que el tema de la reestructuración de las provincias no es algo aislado, sino que forma parte de un conjunto de cinco apartados que conforman un programa global de revitalización y reestructuración de la Orden: lo primero que se ha de revitalizar es la vida consagrada; después vienen la revitalización y reestructuración del apostolado, la formación, el Gobierno General y, como consecuencia de todo lo anterior, también  las provincias.

En cualquier caso, es un tema muy delicado, que en Monachil ha sido tratado con tacto y discernimiento. Con razón, en su alocución final, el Prior General  ha podido  felicitar a todos por la buena disposición de las provincias, que una a una se han manifestado abiertas a cualquier reestructuración. Igualmente, Miró se ha mostrado esperanzado en la continuación del proceso; y ha manifestado su convicción de que, una vez asegurada la participación de los religiosos, éstos sin duda darán muestra de un gran sentido de corresponsabilidad.

 

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