Jóvenes procedentes de Argentina, Brasil, Venezuela, México, Estados Unidos y España, que van camino de Cracovia para participar en la JMJ, se reunieron en Pavía el 21 de julio para un encuentro con Cristo de la mano de san Agustín. Les acompañaban Carlos María Domínguez, prior provincial de Santo Tomás de Villanueva, y otros seis religiosos agustinos recoletos. A Pavía llegaron también para participar en este encuentro agustiniano, Miguel Miró, Prior general de la Orden, y José María Sánchez, consejero general y presidente del secretariado de pastoral juvenil.
Ante el arca de san Agustín
En la basílica de San Pietro in ciel d’oro pudieron contemplar la belleza del monumento en que se guardan las reliquias de san Agustín. El mausoleo de san Agustín tiene un gran valor catequético e histórico. A través de sus bajorrelieves y esculturas se representan los apóstoles, la personificación de las virtudes y los momentos más importantes de la vida del santo. En la parte inferior se pueden ver los restos mortales de san Agustín. Las escenas representadas fueron explicadas por Carlos María Domínguez; se distribuyó, además, un folleto para la interiorización personal.
Eucaristía presidida por el Prior general
El prior general destacó el hecho de que los jóvenes agustinos recoletos estuvieran ante la tumba de san Agustín. Las reliquias de nuestro padre, maestro y amigo nos invitan a todos a través de los siglos a seguir a Cristo con un corazón inquieto. Las lámparas de la familia agustiniana y las lámparas de las naciones que circundan el presbiterio dan una dimensión eclesial a la celebración de la eucaristía.
Miguel Miró invitó a los jóvenes presentes y a todos lo que forman parte de las JAR a abrir su corazón a Cristo y a renovar su encuentro personal con él. Siguiendo las huellas de Agustín podemos experimentar su amor y transmitir la misericordia del Padre. El Prior general destacó tres palabras de la vida de Agustín para crecer en el amor: itinerario, coherencia y comunidad. Sólo así el carisma dejará de ser algo teórico y será nuestro modo de vivir el Evangelio en el trabajo, en el estudio, en la familia y en la comunidad. Será una experiencia que brota del fondo del corazón.
Alrededor del arca de san Agustín los jóvenes tuvieron por la tarde una vigilia de oración centrada en las Bienaventuranzas. El Evangelio, las palabras de Agustín, el silencio, los cantos… invitaban al encuentro con Cristo, al encuentro consigo mismo y al encuentro con los demás.
En el antiguo baptisterio de la catedral de Milán
El día 22 de julio los jóvenes de las JAR después de cruzar la Puerta de la Misericordia en el Duomo de Milán se dirigieron al antiguo baptisterio de la iglesia de Santa Tecla, donde se cree que el obispo Ambrosio en el año 387 bautizó a san Agustín. Allí renovaron las promesas del bautismo ante el Prior de la Orden y recitaron el Te Deum, antiguo himno de acción de gracias. La celebración de la eucaristía en la basílica de San Ambrosio completó la jornada.
Una peregrinación agustiniana que reafirma a las JAR como itinerario de fe y de fraternidad en la comunión de la Orden y de la Iglesia.