El obispo Gallegos fue párroco de Nuestra Señora de Guadalupe de Sacramento durante siete años tras su ordenación episcopal y permaneció en la residencia de la parroquia durante sus años como obispo auxiliar y vicario general de la diócesis. Monseñor Alfonso Gallegos era conocido por su extraordinaria dedicación a las necesidades de los hispanos y de los pobres. El obispo agustino recoleto ejerció su ministerio pastoral con alegría y esperanza entre los más necesitados, trabajó especialmente a los inmigrantes, ancianos y jóvenes. Dedicó mucho tiempo para la formación de los jóvenes, sobre todo a los “low riders”.
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