En la catedral de Sacramento, California, el 19 de noviembre se dio lectura pública del decreto de las virtudes heroicas de Mons. Alfonso Gallegos, quien se caracterizó por su trabajo con los jóvenes hispanos. Este decreto de las virtudes heroicas fue aprobado por el Papa Francisco después de que las virtudes fueran examinadas por una comisión nombrada por la Congregación de los Santos.
Solemne eucaristía de acción de gracias
Cerca de quinientos peregrinos procedentes de las parroquias Cristo Rey (Los Ángeles), St. Benedict (Montebello), Mary Star (Oxnard), Nuestra Señora de Guadalupe (Santa Ana), Nuestra Señora del Pilar (Santa Ana), todas ellas atendidas por los agustinos recoletos participaron en la celebración de Sacramento, capital de California. También llegaron desde Milpitas las Augustinian Recollect Sisters.
A las 12 del mediodía en el salón de actos de la catedral Samson Silloriquez, OAR, postulador de las Causas de los Santos explicó los pasos dados en el proceso de la canonización de Mons. Gallegos.
Ante la escultura en bronce del insigne obispo ubicada en la plaza Bishop Gallegos Square, situada entre el capitolio y la catedral, se rindió un sencillo homenaje al obispo Algonso Gallegos con la presencia de los medios de comunicación de la ciudad. Los familiares de Mons. Gallegos hicieron la ofrenda floral ante el monumento. A pesar de la lluvia, desde allí se inició la procesión hasta la catedral presidida por el Obispo de Sacramento, Mons. Jaime Soto.
A la una y media de la tarde comenzó la eucaristía de acción de gracias presidida por Mons. Jaime Soto, acompañado por otros cinco obispos: Mons. Francis Quinn, quien fue obispo de Sacramento durante el tiempo en que Alfonso Gallegos fue obispo auxiliar, William Weigand, Richard García, Myron Cotta y David Arias, OAR. Concelebraron con ellos Miguel Miró, prior general de los agustinos recoletos y los priores provinciales Michael Rafferty, de la Provincia de San Agustín y Dionisio Selma, de la Provincia de San Ezequiel Moreno, y otros treinta sacerdotes, en su mayoría agustinos recoletos.
Al comienzo de la misa, Samson Silloríquez, Postulador de la causa, acompañado por el Prior General y por Eliseo González, vice postulador de la causa, pidió que se leyera el decreto sobre las virtudes de Mons. Gallegos. Lo hizo Mons. Myron Cotta, obispo auxiliar de la diócesis de Sacramento. Finalizada la lectura, entre aplausos, música y repique de las campanas de la catedral, Mons. David Arias, OAR, y Mons. William Weigand, obispo emérito de Sacramento, descubrieron la foto del Venerable Alfonso Gallegos situada en el coro de la catedral. En la homilía el obispo Jaime Soto destacó que Mons. Gallegos “fue un buen pastor y amigo de la gente sencilla, con su amistad y sencillez ayudó a muchos a conocer a Cristo”. Al finalizar la misa Michael Rafferty, prior provincial de San Agustín, dio las gracias e invitó a los presentes a un ágape en el salón de la catedral.
Ante el sepulcro de Mons. Alfonso Gallegos
A las cuatro de la tarde los peregrinos acudieron al Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, situado en la misma ciudad, donde se guardan los restos mortales de Mons. Gallegos. El Prior General, Miguel Miró, rezó la oración por la canonización del Mons. Gallegos. Un grupo de jóvenes hizo la ofrenda floral sobre la tumba y Mons. David Arias dio la bendición final.
Al día siguiente, solemnidad de Cristo Rey, en el Santuario de la Virgen de Guadalupe se celebró la eucaristía presidida por el Prior General. En la homilía recordó la alegría que caracterizaba a Mons. Gallegos y destacó como a pesar de la limitación de su vista se dedicó a la juventud hispana.
Rasgos biográficos de Mons. Alfonso Gallegos
Alfonso Gallegos Apodaca nació en Albuquerque, NM en 1931 en el seno de una familia numerosa (once hermanos). Es educado en la fe católica. Desde adolescente es sometido a numerosas operaciones de la vista. Su deficiencia visual con sus condicionantes la arrastrará toda la vida. Ingresa en 1950 en el noviciado de Kansas City de la Orden de Agustinos Recoletos. Hecho el noviciado y cursados los estudios filosóficos y teológicos es ordenado sacerdote en 1954. Sus primeros años ya de sacerdote es destinado a labores formativas en las casas de formación; posteriormente dedica todas sus energías a la pastoral, principalmente entre las clases más desasistidas socialmente, como los hispanos y emigrantes, junto con los jóvenes, por lo que va adquiriendo prestigio y popularidad su trabajo y entrega a los más humildes. Es nombrado obispo auxiliar de Sacramento y ordenado en 1981. Muere en accidente de tráfico en 1991. Su fallecimiento y su funeral fue un auténtico acontecimiento en Sacramento, al que asistieron miles de personas.