El pasado sábado 7 de enero, Fr. Iván Nicolás Martínez y Fr. Tiago Alves Coelho fueron ordenados diáconos por Mons. Eusebio Herández Sola, OAR, en la capilla del Colegio Sagrado Corazón de Guadalajara. Asistieron religiosos de las comunidades de Guadalajara y Granada, en las que residen actualmente los nuevos diáconos. Igualmente, se hicieron presentes religiosos de la comunidad de formación de Las Rozas, que se encargaron de los cantos. Asistieron, también, religiosos de otras comunidades de Madrid, miembros de la Fraternidad Seglar de Granada, jóvenes JAR y docentes y alumnos de los dos centros educativos que la Orden dirige en Guadalajara.
Durante la homilía, Mons. Eusebio, actual obispo de Tarazona y miembro de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, recordó la importancia del servicio y la fidelidad a la vocación y a la misión recibidas. Las ovejas son muchas -recordó- y los obreros pocos. Es importante seguir pidiendo al dueño de la mies que envíe trabajadores a su mis.
Actualmente, Fr. Iván (natural de Argentina) está destinado en la comunidad de Guadalajara, desarrollando su labor como docente y acompañante de jóvenes en los colegios. Fr. Tiago (nacido en Brasil) está destinado en la comunidad del colegio de Granada, donde también desarrolla labores docentes y de acompañamiento pastoral.
Junto a Mons. Eusebio concelebraron el prior Provincial de Santo Tomás, Fr. Carlos Mª Domínguez, Fr. Andrés Cuesta, prior de la comunidad de Guadalajara, Fr. Miguel Ángel Hernández, vicario provincial y maestro de profesos en el teologado de Monachil, y Fr. Antonio Álvarez, prior de la comunidad de Granada. A ellos se unieron en la concelebración religiosos de las comunidades de Madrid, Guadalajara y Granada.
Una cita en el Jordán, testimonio de Fr. Tiago Alves Coelho
En esta ocasión – Solemnidad del Bautismo del Señor – unidos a nuestros hermanos desde sus distintos ministerios y casas (Novicios, profesos, sacerdotes…), juntamente con miembros de la Fraternidad Seglar y de las Jar, nos reunimos en la Capilla de nuestro colegio de Guadalajara (España), Sagrado Corazón, para recibir por manos de Monseñor Eusebio (Obispo de la Diócesis de Tarazona) el orden del diaconato. Un momento propicio en el cual la liturgia de la Iglesia nos invita a abrazar con firmeza y con caridad nuestro compromiso como seguidores de Cristo. Como bien ha enfatizado D. Eusebio, recordándonos las palabras de San Agustín, “´cristiano` viene de Cristo”. En otras palabras, el sentido de nuestra vida y vocación, descansa en Él.
El sentimiento y, lo que realmente da solidez a nuestro seguimiento de Jesús, el sentido, el reconocimiento, la razón de nuestro “ser religioso” y “ser diáconos” está vinculado íntimamente con el servicio a los “pobres”. La conciencia de esta realidad nos alienta y nos empuja a trabajar en favor del Reino. Vivir este momento en el cual recibimos el don de ejercer la “diaconía”, también nos recuerda el rostro misericordioso de Dios y que Él, realmente nos invita a “salir” de una vida en la que priman nuestros propios intereses y planes, para una vida de entrega en lo cotidiano, desde nuestras comunidades.
En momentos como en los vivido en este día del Bautismo del Señor, la gratitud hacia Dios y los hermanos es inmensa. Nos resta seguir orando y trabajando por el don de la vocación a la vida religiosa, sacerdotal y en favor de todos los que comparten de nuestro carisma Agustino Recoleto. Decir “¡Gracias!” es poco; de ahí la necesidad de vivir con gratitud este regalo que hemos recibido; una gratitud que nos deja en evidencia el don que nos ha sido entregue, y la tarea que necesitamos seguir realizando. Así que, podemos vivir nuestra vocación proclamando aquellas palabras del salmo 125: “El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres”.