El Banco de Alimentos de Panamá nació en octubre de 2014 por iniciativa de un grupo de feligreses de la Parroquia de San Lucas Evangelista de Agustinos Recoletos. Tres años después, cada vez más personas dependen del BAP para comer. Al conocer esto, Varela ha ensalzado su labor y se ha comprometido a apoyarlo
El presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, ha mostrado su satisfacción con la labor solidaria que está realizando en el país el Banco de Alimentos. La organización de voluntariado, surgida por la iniciativa de un grupo de feligreses de la Parroquia de San Lucas Evangelista de Agustinos Recoletos, ha conseguido expandir su labor en poco tiempo y atender regularmente a 45.000 panameños.
El máximo mandatario del Estado alabó la labor del Banco de Alimentos de Panamá, del que dijo que cada día escucha hablar con más frecuencia. Mostró su compromiso de trabajar con el Banco para alcanzar cuanto antes el objetivo de ‘hambre cero’ en Panamá. Por ello anunció su idea de reunirse con la directiva del BAP.
Asimismo, el Presidente invitó a todos sus ministros a colaborar en el programa de voluntariado del Banco como lo están haciendo numerosas empresas de Panamá, ayudando económicamente u organizando jornadas de voluntariado.
Varela conoció la labor del Banco de Alimentos de Panamá en la reunión del Consejo de Gabinete de mano de Miguel Ángel Ciaurriz OAR. En representación del Cardenal Lacunza y del arzobispo de Panamá, Ciaurriz asistió para presentar ante el proyecto de Ley de Seguridad Alimentaria y Nutricional en el que ha participado al Iglesia Católica.
Sin que estuviera previsto después de la presentación del proyecto de ley, el ministro Temístocles Díaz, feligrés de la parroquia de San Lucas, pidió a Miguel Ángel Ciaurriz que explicara la labor del Banco de Alimentos. Tras agradecer el apoyo del Ministerio de Agricultura, expuso el trabajo del BAP. Varela pidió que todos los que hacen posible esta labor fueran felicitados de su parte.
Miguel Ángel Ciaurriz fue uno de los fundadores del Banco de Alimentos de Panamá. Como párroco de San Lucas Evangelista de la capital de Panamá, encabezó al grupo de feligreses de su parroquia que propuso crear este organismo para acabar con el hambre en el país.
Tres años después de que comenzará su labor, el BAP atiende regularmente a 45.000 panameños que difícilmente pueden comer. Más de 200 organizaciones colaboran para el reparto de alimentos. Además ha conseguido recuperar 1.600 toneladas de alimentos desperdiciados por los mercados.