Casi medio centenar de ancianos venezolanos acuden todos los viernes al mediodía a almorzar en la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe de Agustinos Recoletos. La labor de la familia agustino recoleta es necesaria en este lugar
El padre, Alejandro Martínez, párroco de la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, ubicada en Las Mercedes en la capital de Venezuela es parte del impulso de una de las tantas obras sociales que buscan atacar el problema del hambre y desnutrición en el país.
Alrededor de 45 personas fijas, la mayoría en lista parroquial, se acercan cada mediodía a este sector para saciar el hambre que por días han acumulado. Sin embargo, la cifra no es limitada y otras personas más siempre se acercan con el mismo fin y a todos se les atiende por igual. Lo que calcula que cerca de 60 adultos mayores, son atendidos.
Según relatan, en esta actividad solidaria se reparte un menú de comida caliente, el cual varía cada semana de acuerdo a la disponibilidad de los alimentos, explicaron que esto no queda acá, también comparten una merienda que puede pasearse desde un café con leche hasta un vaso avena con galletas dulces.
Fray Alejandro, quien se encarga de la ayuda a los ancianos en la parroquia de Guadalupe de Caracas.
“Todos los viernes este es su hogar, se les hace pasar, se les hace una pequeña oración para que no solo sea que se le entrega la comida y ya, sino que ellos se vayan integrando y, a partir de allí, enseñarles a agradecer también por el alimento que están recibiendo”, explicó fray Alejandro Martínez.
El representante de la familia agustino recoleta detalló que el ideal es llegar a más personas y no estar sujetos a la lista. Espera que se pueda ampliar este proyecto y evaluar a otros adultos mayores que realmente necesitan de la ayuda.
“Aspiramos llegar a 90 o hasta 100 personas, pero no pasar más de allí porque nuestro espacio físico no nos lo permite y si no se puede mejoraremos entonces la calidad del alimento”, consideró el párroco.
Unidos para compartir el pan
Estos abuelitos no son propios de la zona de esta comunidad, sino que vienen de otras parroquias de la capital buscando la ayuda necesaria, también se conoció que no es la única actividad a la que asisten sino tratan de solventar el resto de la semana en otros lugares en los que también existen este tipo de actividades sociales.
Los organizadores también colaboran con su dinero para llevar adelante el proyecto en conjunto con la alcancía parroquial que también aporta para tal fin, las personas cercanas a la comunidad también donan algunos alimentos que, del mismo del modo, se convierte en una ayuda fundamental e imprescindible para generar el beneficio.
La señora Carmen Carrasquero de 80 años de edad tiene 14 años asistiendo a esta actividad, comentó que este beneficio es esencial para subsistir, pero a su juicio, el alimento mayor que reciben es el espiritual.
“Ojalá pudiéramos hacer esto cotidianamente. Yo vengo no solo por los alimentos, los obsequios sino por el momento. Aquí todos somos hermanos y la necesidad de venir acá nos alimenta también. Todos los organizadores nos entregan su amor y siempre tenemos esperanza en ellos. Sin duda, el viernes es un día de paz”, contó la beneficiada.
Otra de las ayudas que se hacía visible en esta parroquia del área metropolitana de Caracas era la entrega bimestral de un kit de aseo para estos abuelitos, acción que esperan sostener a futuro a pesar de la situación de no conseguir estos artículos de primera necesidad, razón que ha dejado sin efecto esta ayuda.
Sin duda, los abuelitos son solo algunos de los más afectados por la crisis por la que atraviesa Venezuela, ante la dura realidad, la familia agustino recoleta continúa esforzándose para atender a los más vulnerables y de esta manera, ser una luz de esperanza.