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Obispos misioneros y agustinos recoletos en la Jornada Mundial de las Misiones

En la Jornada Mundial de las Misiones, la labor de los obispos agustinos recoletos de Chota (Perú) y Lábrea (Brasil) supone el mejor ejemplo de los misioneros que trabajan por trasladar el testimonio de Cristo y ayudar en los lugares más desfavorecidos de nuestra sociedad

Los misioneros suponen el espejo en el que mirarse para los cristianos. En los lugares donde se encuentran, trabajan incansablemente por los demás y por trasladar la llamada universal que hace Dios. Con una fe profunda, los misioneros han respondido al mandato de Jesús de ir y evangelizar todos los pueblos. La Iglesia propone acordarse de ellos este domingo con motivo de la Jornada Mundial de las Misiones.

Ejemplo de ello son los dos obispos agustinos recoletos de las prelaturas de Chota (Perú) y Lábrea (Brasil), que han conversado con la revista ‘Vida Nueva’ sobre su trabajo en estos lugares. Fortunato Pablo Urcey y Santiago Sánchez llegaron hace más de una década a estos lugares como misioneros hasta que la Santa Sede les encargó encabezar la labor pastoral en dos prelaturas con una realidad difícil.

“A usted se le confunde con la gente”

“Me llama poderosamente la atención el concepto de cercanía. Realidad totalmente necesaria para poder enseñar algo. Y en esto, como en todo, alguien va por delante con el ejemplo”, dice el P. Fortunato al semanario. Desde 2005 es obispo en Chota, donde la Orden de Agustinos Recoletos realiza una labor de solidaridad muy importante.

Fortunato Urcey entiende que la tarea encomendada por Benedicto XVI solo puede llevarla acercándose a las distintas realidades de los pueblos peruanos. “En Chota, una de las alabanzas que me llegó más hondo fue la de un campesino: ‘Usted se confunde con la gente’”, relata.

La figura del Papa Francisco supone para el prelado un ejemplo para realizar la labor apostólica en su región. Afirma que Francisco se muestra “inclinado hacia el pobre, el enfermo, el encarcelado, el drogadicto, el emigrante”. “Tenemos en Francisco un modelo que nos recuerda a Cristo Jesús”, apostilla.

De todas las enseñanzas y frases del Santo Padre, Fortunato destaca tres: “A él le debemos expresiones muy significativas: Iglesia en salida, aunque se accidente; cuidado especial de las periferias y no solamente geográficas, sino también existenciales; pastores con olor a oveja”. De esta forma entiende que debe acometer su ministerio el fraile agustino recoleto natural de La Rioja (España).

Santiago Sánchez, “solo entrega y dedicación”

El P. Santiago Sánchez tan solo lleva algunos meses al frente de la prelatura de Lábrea, en plena selva del Amazonas. El Papa Francisco le nombró obispo hace año y medio. “Nunca pensé que llegaría a ser obispo, y menos en el Amazonas, donde nunca había trabajado. Por el poco tiempo que llevo en mi nueva misión, todavía estoy en proceso de inculturación, adaptándome a una realidad totalmente diferente”, cuenta.

Este obispo prelado es claro; define de esta forma su filosofía: “No entiendo mucho de proyectos y planes evangelizadores, solo de entrega y dedicación, de vivir con el pueblo. De ser uno con ellos para ser cristianos desde nuestra realidad”.

Asegura que en lugares como en el que se encuentra se puede vivir más intensamente la fe. “Aquí estoy aprendiendo a vivir el Evangelio desde otra realidad –explica–. Este pueblo es pobre y sufridor, de una fe sencilla. Es fácil caminar juntos. Esa religiosidad simple es la que tenemos que acompañar porque las sectas están creciendo y van al acecho”.

En base a esto, Santiago Sánchez dice claramente: “Lo único que tengo claro es que la línea del Papa son los obispos pastores”. El ejemplo de Francisco es el que pretende seguir.

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