Décimo documento del Programa de Formación Permanente de 2017.
Autor: Fabián Martín Gómez – Monteagudo, España
La formación implica siempre un esfuerzo trabajoso a la hora de acompañar a los candidatos a nuestro género de vida religiosa y/o sacerdotal, para que lleguen a tener los mismos sentimientos de Cristo hacia el Padre. Ahora bien, buscar esta conformación de la persona con Cristo según el carisma agustiniano y el espíritu de la recolección, tiene como horizonte, aunque a veces lo olvidemos, llegar a alcanzar la plenitud de la vida cristiana en la perfección del amor. Por lo cual, la formación es un servicio a la verdad de la persona por el que se procura despertar y sostener en ella la llamada divina, y se le ayuda a que sea posible y real la promesa de plenitud que encierra en sí misma la vocación cristiana.