Los colegios de España celebraron la VII edición de las Olimpiadas Agustinianas por primera vez fuera de Madrid. El colegio Santo Tomás de Villanueva de Agustinos Recoletos de Granada organizó el evento que reunió a 400 jóvenes de once centros educativos españoles. Así lo relata el profesor Juan J. Pimentel
Es fácil imaginar la ilusión con la que la mayoría de alumnos de sexto de Primaria de los numerosos colegios Agustinianos repartidos por toda la geografía de España afrontaban un viaje hacia el Sur, en concreto a la ciudad de la Alhambra. ¿Cuál era el motivo? No era otro que el de tomar parte en las VIII Olimpiadas Agustinianas, organizadas por la Federación Española de APAs de Colegios Agustinianos. La sede elegida no fue fortuita, no. Se eligió porque el Colegio Santo Tomás de Villanueva de Granada está de celebración por su 50 Aniversario.
Es por este motivo por el que se puso especial interés en que todo saliera a la perfección, aunque siempre hay algo que se escapa a lo humano como la persistente lluvia que no nos abandonó todo el fin de semana. Pero esto no fue lo importante, no. Lo destacable, lo que se va a quedar en el corazón fue que cerca de 400 alumnos venidos de casi toda España, acompañados muchos de ellos por sus padres, compartieron risas, aventuras, anécdotas, y… deporte.
Durante el día y medio que ocupó la competición, pudimos contemplar el buen trabajo que se está haciendo en nuestros colegios en pro de formar en lo académico, en lo espiritual y en lo deportivo a estos ‘chavales’, que son el futuro de esta sociedad. La extraordinaria actitud de la mayoría de los competidores provocó que se creara un ambiente de fraternidad agustiniana irrepetible entre todos los participantes.
Desde la inauguración a la clausura, Dios, Nuestro Padre, estuvo en el centro porque es a Él a quien debemos que hayamos podido juntarnos. Da igual que ganara un equipo u otro; lo importante es la convivencia y los momentos vividos que seguro serán el tema principal en el recreo durante varios días. Llegaron y se fueron empapados por fuera (debido a la necesaria, pero incesante lluvia) y por dentro (por las experiencias vividas).
Solo queda dar las gracias a los profesores, padres, alumnos y a la organización del Colegio Santo Tomás de Villanueva por poner lo mejor de cada uno para que las Olimpiadas resultaran un gran éxito de participación. Solo queda esperar a las siguientes Olimpiadas para revivir estos momentos.
Por Juan J. Pimentel – Granada
