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Semana Vocacional 2018: «Quien ama a Cristo tiene en sí la fuerza necesaria para seguirlo»

Este domingo la Orden de Agustinos Recoletos comienza a celebrar en todo el mundo la Semana Vocacional bajo el lema «Si amas a Cristo, ¡síguelo!, en la línea de la Expedición Vocacional OAR 2018. Juan Manuel Alonso-Carriazo Bustillo resume en este artículo el objetivo de esta semana de oración por las vocaciones agustino recoletas

En el silencio de nuestra vida, en la cotidianidad de nuestras fatigas, en la monotonía y simplicidad de nuestra realidad humana Dios llama al hombre. Cada uno tiene la responsabilidad de discernir la voz del Verbo Eterno, que le invita a seguirlo de una forma del todo particular. Pero hay quienes, sin esperarlo, perciben un llamado más íntimo, que exige el «dejarlo todo» y consagrar la integridad de su existencia al servicio de Dios y de su Iglesia. A ti, que sientes ese fuego interior que te consume, ese anhelo infinito que te impulsa, me dirijo con particular afecto y cercanía, animándote a comprender algunos elementos de esta llamada que has recibido por gracia de Dios.

El llamado vocacional ocurre entre dos corazones, entre dos amores y entre dos personas, una humana y una Divina; ocurre entre tú y Dios. Por lo tanto, los protagonistas serán Aquel que llama y aquel que es llamado, es decir, quien invita a ser seguido y quien decide seguir. Seguir a Cristo significa ante todo dar una respuesta. Y nace una duda que debemos afrontar juntos: ¿Dar respuesta a “quién” o a “qué”?

Si amas a Cristo, síguelo»– Con estas palabras San Agustín nos recuerda dos dimensiones del llamado vocacional, y nos ayuda a dar solución a este interrogante. La primera se refiere al sujeto de la respuesta vocacional: Cristo el Señor. Solo aquel que es llamado por Cristo puede responder, resaltando así el carácter de don, es decir de regalo, que tiene el sentirse llamado con nombre propio a seguir los pasos del Divino Maestro. La segunda, por su parte, se refiere al objeto de la respuesta: El Amor de Cristo.Solo aquel que se siente amado primero por Dios estará en grado de «Negarse a sí mismo, tomar su Cruz y seguir» (Mt 16,24) a quien es en sí mismo el Amor.

Quien ama a Cristo tiene en sí la fuerza necesaria para seguirlo. ¿De dónde le viene esa fuerza? Procede sin duda del hecho de sentirse amado primero gratuitamente por Dios. Todo esto nos lleva a conclusiones muy simples que pueden ayudarnos a iluminar alguna oscuridad que tengamos. Si amas a Cristo, síguelo. ¿A quién sigues? A Cristo. ¿Por qué lo sigues? Porque lo amas. ¿Por qué lo amas? Porque Él te amó primero.

Entramos así en el misterio infinito del amor de Dios. Él se ha fijado en ti y te llama a seguirlo en respuesta a su amor, un amor de Cruz, uno que lo entrega todo, sin guardarse nada para sí, y te impulsa a caminar ofreciendo tu vida en servicio y alegría, entregándote a la oración y la contemplación, y transformando las lágrimas y los esfuerzos en frutos abundantes de salvación y vida para todo el que te rodea. Es la conciencia profunda de haber sido llamado para obras más grandes que tú mismo.

La respuesta vocacional sincera es aquella en la que te das a ti mismo para gloria de Dios y salvación del hombre, aquella en la que no tienes miedo de reconocerte pequeño y frágil pues encuentras en el Señor toda fuerza y toda valentía, donde tus errores vienen transformados con esfuerzo y gracia en virtudes de vida y testimonio de Cristo, incluso sin necesidad de palabras, aquella en la que eres consciente del llamado singular, personal y único que has recibido, el llamado del Amor que te impulsa a amar. Si amas a Cristo, síguelo.

oPor Juan Manuel Alonso-Carriazo Bustillo

Puedes descargar aquí el guión de la Semana Vocacional OAR 2018

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