El agustino recoleto Edgar Alexis Sáenz escuchó su corazón y decidió seguir a Cristo. Recomienda dejar entrar a Dios en el interior de cada uno. En la festividad de la Conversión de San Agustín, este testimonio de vocación es ejemplo de los jóvenes que a día de hoy deciden desprenderse de todo para seguir al Señor en la vida religiosa
Dios continúa convirtiendo los corazones de los jóvenes como hizo con San Agustín. Edgar Alexis Sáenz Fino tiene actualmente 27 años. «El Señor me inquietó mi corazón». Por esto motivo es por el que este colombiano es agustino recoleto. Como con San Agustín, Dios le hizo una llamada profunda y directa y Edgar decidió aceptar su vocación y seguir a Cristo.
Tras una etapa de discernimiento, decidió realizar el camino vocacional agustino recoleto, que tuvo como primera parada el postulantado de Manizales. Allí comenzó a estudiar filosofía a la vez que discernía y reflexionaba sobre si este proyecto era el que quería para su vida.
Como él, decenas de jóvenes siguen planteándose la conveniencia de entregar su vida y seguir a Cristo, algo que ya sintió San Agustín. Sin desearlo, descubrió que en su interior algo latía con fuerza y necesitaba encontrar su verdad en el fondo de su corazón. Así encontró San Agustín a Dios. «Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva».
Como la de San Agustín, muchos jóvenes también se encuentran desorientados y necesitan de Dios para encontrarle sentido a su vida. Para escuchar la vocación de Dios, Edgar dice esto: «El reto es dejar entrar a Dios, porque saben que está pero muchas veces da miedo comprometerse». Seguir a Cristo es, según él, «una experiencia que no tiene nada negativo sino todo positiva y algo muy bello».
En todo este trabajo, asegura que los religiosos tienen un papel fundamental. «Tenemos que llegar a ellos mostrando una vida religisoa, joven, rejuvenecida, que no es anquilosada, que no es antigua». En otras palabras, se trata de un camino «que no depende de nosotros sino que depende de Dios».
A los jóvenes, este agustino recoleto de 27 años lanza la siguiente recomendación: «Que renuncie a sí mismo, que se atreva a conocer a Cristo desde dentro, que se arriesgue a entregar su vida por los demás y vera que su vida tendrá fundamento, mucho sentido y vivirá agradecido con la vida».