Con motivo de la solemnidad del Corpus Christi, la Oficina de comunicación de la Orden de Agustinos Recoletos ha recogido en un libro electrónico las catequesis del Papa Francisco sobre la Eucaristía y la importancia que tiene este sacramente para el cristiano
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Desde noviembre de 2017 hasta abril de 2018, el Papa Francisco dedicó la catequesis de la Audiencia general de los miércoles a la Santa Misa. El Santo Padre explicó en 15 días las diferentes partes de la liturgia y la forma en la que el cristiano debe responder a cada momento único de la Eucaristía. Con motivo de la solemnidad del Corpus Christi (el Cuerpo y la Sangre de Cristo) que la Iglesia celebra este jueves, la Orden de Agustinos Recoletos publica este libro electrónico que recoge todas las enseñanzas de Francisco sobre la Misa. De 57 páginas, la publicación editada por la Oficina de comunicación de Agustinos Recoletos está pensada para ser leída en el ordenador, la tablet o el teléfono móvil, y poder leerlo en cualquier lugar.
En 15 capítulos diferentes, el Pontífice aborda la Eucaristía desde un punto de vista cercano y entendible para cualquier persona. Desde el inicio al final de la misa, el Papa explica cada acción que hace el creyente y el sacerdote. Especialmente, Francisco pone el énfasis en la Palabra de Dios y la consagración. «Acerquémonos a la Eucaristía: recibir a Jesús que nos transforma en Él nos hace más fuertes», dice el Santo Padre.
En 15 frases
«Los sacramentos y la celebración eucarística son los signos del amor de Dios, los caminos privilegiados para encontrarnos con Él.»
«Rezar, como todo verdadero diálogo, es también saber permanecer en silencio —en los diálogos hay momentos de silencio—, en silencio junto a Jesús.»
«Cada celebración de la eucaristía es un rayo de ese sol sin ocaso que es Jesús resucitado. Participar en la misa significa entrar en la victoria del Resucitado.»
«¿Cómo podemos practicar el Evangelio sin sacar la energía necesaria para hacerlo, un domingo después de otro, en la fuente inagotable de la eucaristía?»
«Cuando nosotros miramos al altar, miramos donde está Cristo. El altar es Cristo.»
«La intercesión de María y los ángeles nos sostiene en nuestro camino hacia la plena comunión con Dios.»
«El silencio no se reduce a la ausencia de palabras, sino a la disposición a escuchar otras voces: la de nuestro corazón y, sobre todo, la del Espíritu Santo.»
«¡La Palabra de Dios es la Palabra de Dios! Sustituir esa Palabra con otras cosas empobrece y compromete el diálogo entre Dios y su pueblo en oración.»
«La Buena Noticia, la Palabra de Dios entra por los oídos, va al corazón y llega a las manos para hacer buenas obras»
«Nosotros tenemos el derecho de escuchar la Palabra de Dios. El Señor habla para todos, pastores y fieles. Llama al corazón de los que participan en la misa.»
«Ciertamente, nuestra ofrenda es poca cosa, pero Cristo necesita de este poco. Nos pide poco, el Señor, y nos da tanto.»
«La misa es el sacrificio de Cristo, que es gratuito. La redención es gratuita. Si quieres hacer una oferta, hazla, pero no se paga.»
«En el pan eucarístico, partido por la vida del mundo, la asamblea orante reconoce al verdadero Cordero de Dios, que es Cristo Redentor.»
«…Tu respondes: “Amén”, es decir, reconoces la gracia y el compromiso que conlleva convertirse en el Cuerpo de Cristo.»
«¡Qué encontremos siempre fuerza para ello en la Eucaristía, en la unión con Jesús!»