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Jóvenes y agustinos recoletos: 16 testimonios de entrega a Cristo

16 jóvenes agustinos recoletos han realizado durante el mes de agosto el curso de preparación para la profesión solemne. Será el último paso en su proceso vocacional, entregándose definitivamente a Cristo como agustinos recoletos. «Hemos estado 16 jóvenes para reafirmar el sentido de nuestra vida, que es seguir a Jesucristo»

En tiempos previsiblemente de dificultad vocacional, resulta llamativo que los jóvenes decidan entregar su vida a Dios en el camino de la vida religiosa. Es lo que 16 agustinos recoletos realizarán en las próximas semanas, decidiendo seguir adelante con su vocación tras completar el proceso formativo. Durante el mes de julio y agosto, 16 jóvenes de Filipinas, Colombia, Brasil o México, entre otros lugares, han realizado el curso de preparación para la profesión solemne, cuando definitivamente digan ‘sí’ a Cristo como agustinos recoletos.

En el Convento Nuestra Señora del Buen Consejo de Monachil (Granada, España), los jóvenes agustinos recoletos que próximamente harán su profesión solemne han recibido formación en distintos ámbitos del apostolado de la Orden. Son las últimas enseñanzas antes de comenzar su labor apostólica en el lugar al que se les encomiende. Ilusión no les falta a los jóvenes que en 2018 han decidido entregar su vida; poner a disposición de Dios, la Iglesia y la Orden de Agustinos Recoletos sus virtudes para llevar a cabo la evangelización del mundo.

Para ello, han elaborado su propio proyecto de vida. Durante seis semanas aproximadamente, han recibido formación sobre amor y castidad; humildad, libertad y pobreza; servicio, disponibilidad y obediencia; sabiduría de la interioridad; sabiduría de la comunidad; sabiduría de la eclesialidad; y Palabra de Dios.

Pero, ¿qué lleva a un joven a entregar su vida a Dios? ¿Por qué hoy decide ser agustino recoleto? Alberto Valecillos, uno de esos jóvenes que realizará próximamente su profesión solemne, afirma que “sentía un impulso a la entrega y seguimiento de Cristo; ver la vida comunitaria de los agustinos recoletos terminó por impulsarme”.

Andrés Aguilera estudiaba derecho cuando conoció a los agustinos recoletos. Entonces tenía la inquietud de ser cristiano pero de manera más radical. “Tras un proceso de discernimiento, decidí abandonar el derecho y dedicarme a la vida religiosa”, explica alegremente.

Luis González estudió en el colegio Santo Tomás de Villanueva de Agustinos Recoletos en Granada. Ya entonces le llamaba la atención la vida de los frailes recoletos. “Me sentí llamado a una relación más profunda con Dios y debía responder a Dios a través del camino agustino recoleto”, dice este joven granadino. Jeison Javier tuvo una experiencia similar. Conoció a los Agustinos Recoletos en su parroquia de Cartagena (Colombia). “Cuando tenía 17 años, decidí conocer más sobre la comunidad; me ayudó a entusiasmarme por la vida agustino recoleta”, afirma.

“Mi inquietud vocacional comenzó curiosamente después de una confesión”. Así comienza explicando Víctor Mancera –nacido al sur de Estados Unidos- su entrega a Cristo. “Después de confesarme, el promotor vocacional me propuso ser sacerdote o religioso. Yo pensé: ‘¿Y eso qué quiere decir?’. De ahí surgió la inquietud vocacional”.

El punto final de esta preparación fue la primera profesión solemne del grupo: la de César Ulises Irigoín. Este explica su decisión: “Se fue despertando en mí la duda de qué debo hacer y cómo debo enfrentarlo. Era salir de mi rutina”. Poco a poco, dice, “fui descubriendo en qué consistía ser agustino recoleto”.

“La oportunidad de compartir con los hermanos”

Para estos 16 jóvenes agustinos recoletos, este mes de preparación, formación y vida en comunidad ha sido una gran experiencia. Alberto Valecillos lo explica: “Aquí he podido conocer a muchos hermanos que quizás de otra forma no se si hubiera podido conocer. Conocer a otra gente, ver que tienen los mismos problemas, que tienen las mismas fuerzas, las mismas esperanzas…”.

Para Andrés Aguilera, “es interesante conocer a otras personas que, como nosotros, están siguiendo a Jesús al estilo de San Agustín. Es poder vivir auténticamente la vida agustino recoleta”. Es una visión parecida a la de Víctor Mancera. El curso de preparación, dice, “me ha ayudado al crecimiento personal, a la relación con los hermanos de comunidad. Me he sentido a gusto y feliz por mi decisión aquí. También ha supuesto un encuentro personal.

“Todos nosotros tenemos dos momentos fundamentales: cuando nacemos y cuando decidimos el sentido de nuestra vida. Aquí hemos estado 16 para reafirmar ese sentido, que es seguir a Jesucristo”. Así lo explica Jorge Quirós, agustino recoleto de Colombia.

Jeison Javier Barrios destaca del curso de preparación para la profesión solemne “la oportunidad de compartir con los hermanos que están en el mismo proceso, que tienen las mismas ilusiones y las mismas inquietudes”. También le ha ilusionado que “somos muchos los que compartimos un mismo carisma y que en torno a nuestro padre San Agustín caminamos para entregar nuestra vida a Cristo.

“Sueño con ser un instrumento en las manos de Dios y dejarme moldear por él. Mi sueño es de disponibilidad ante el Señor”, resume.

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