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El Camino de Santiago, con las JAR: «El corazón se queda engrandecido»

Un grupo de 42 jóvenes de las Juventudes Agustino Recoletas de España realizaron juntos el Camino de Santiago. Una experiencia de fe y de solidaridad, ya que han destinado parte de sus fondo a ARCORES. «Caminando, hemos sentido que formamos parte de un corazón aun más grande, que son las JAR de todo el mundo»

Todo camino es emprendido con ilusión y en su transcurso hay dificultades y alegría, más aún si se hace acompañado. Así es como 42 jóvenes de las Juventudes Agustino Recoletas (JAR) de España realizaron durante el mes de agosto el Camino de Santiago: unidos en una sola alma y un solo corazón dirigidos hacia Dios. En grupo y llegados de distintos puntos del país -Granada, Guadalajara y Sevilla-, los jóvenes de las JAR de España disfrutaron de siete días de comunidad, viviendo una auténtica experiencia de fe. Y solidaria, porque el grupo ha donado una generosa cuantía a la Red Solidaria Internacional Agustino Recoleta ARCORES para su labor en Venezuela.

Parte de la inscripción ha sido destinada a los proyectos del programa ‘Unidos con Venezuela’ de ARCORES. A este cantidad se han sumado las donaciones que han realizado los ayuntamientos de cinco municipios -que permitieron la pernocta del grupo de peregrinos a cambio de donar su coste- y las aportaciones adicionales que la mitad de los jóvenes caminantes han realizado. Manuel Espejo ha sido, junto a Daniel Ruiz, el organizador de la peregrinación de las JAR. Él cuenta por qué han caminado de forma solidaria: «No queríamos hacer solo el camino. Sabemos cuál es la situación de nuestros hermanos de Venezuela y queríamos ayudarles en esta experiencia». «Hemos caminado junto a Venezuela», resume.

En enero surgió la posibilidad de que las JAR organizaran e hicieran el Camino de Santiago. Fue durante la reunión del Secretariado de Vocaciones y Juventud de la Provincia Santo Tomás de Villanueva. «Queríamos hacer un encuentro nacional de las JAR y recuperar esta experiencia porque une y porque la gente lo pedía», dice Manu. La acogida fue magnífica. Muchos jóvenes no tardaron en inscribirse y hacer posible la convivencia. El apoyo de la Asociación Amigos del Camino facilitó convertirlo en realidad.

Así, los 42 jóvenes comenzaron el 19 de agosto su camino desde Vilar de Barrio (Ourense), con la mirada puesta en Santiago de Compostela y con la ilusión de compartir y convivir. «La experiencia ha sido increíble», confiesa Manuel, que continúa diciendo: «La sensación ha sido de unidad y comunidad en todo momento». Esta unidad dice que ha sido palpable concretamente en los momentos de reflexión y oración, que había sido preparados por Nacho y Paloma. «Es lo que nos ha caracterizado como jóvenes agustinos recoletos; nos sentíamos comunidad en Cristo, nos juntábamos con alegría a meditar y a orar y todo fluía».

«Un corazón engrandecido»

Como en todo camino, hubo momentos de dificultad. Manuel recuerda la llegada a Orense, asfixiante por las altas temperaturas, las ampollas y otros males del camino. La unidad también estaba presente en los momentos malos. Acompañado de Carlos y del agustino recoleto Nicolás Caballero, fue posible concluir la etapa. «La etapa se hizo muy larga pero todos nos animamos y nos apoyamos».

Unidos llegaron las Juventudes Agustino Recoletas a Santiago de Compostela para encontrarse con el Apóstol. «Fue muy emocionante, nos sentimos muy acogidos», relata. Los primeros esperaron a los últimos para entrar juntos a la plaza del Obradoiro cantando y disfrutando del final de una gran experiencia. En la eucaristía del peregrino también estuvieron juntos. «Todo el mundo nos lo decía: ‘Se nota que es una auténtica comunidad'».

Y tras el camino, ¿qué ocurre en el corazón de cada peregrino que, en comunidad, llega a Santiago? «El corazón se queda engrandecido y satisfecho», cuenta Manuel. «Caminando, sentí que formamos parte de un corazón aun más grande, que son las JAR de todo el mundo; sintiéndonos, además, Iglesia».

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