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«El hermano necesitado son los brazos de la cruz abiertos para abrazar»

fortunato pablo urcey

El agustino recoleto Fortunato Pablo Urcey es obispo de la Prelatura de Chota (Perú). Esta pequeña localidad peruana es «la periferia del mundo» de la que habla el Papa, aunque afirma que «puede haber periferias existenciales» en cualquier lugar. Asegura que trabaja por ser cercano a la gente, como pide Francisco. Es el primer reportaje de la serie #ObisposOAR sobre los prelados agustinos recoletos

Cuando el Papa Francisco habla de las periferias del mundo, puede estar refiriéndose a lugares como Chota, donde muchas familias subsisten difícilmente. Lo admite Mons. Fortunato Pablo Urcey, agustino recoleto y desde 2003 obispo de la Prelatura de Chota (Perú). Las periferias pueden estar en los sitios alejados de la sociedad. No obstante, para el prelado de origen español también puede haber «otras periferias existenciales en una ciudad en un barrio marginal, donde las personas no tienen los medios suficientes para una realización digna».

En Chota, la Iglesia tiene múltiples retos. Desde la construcción de su catedral, en la que Mons. Fortunato está totalmente implicado, hasta la atención a los más necesitados. Mencionando a Santiago, el obispo agustino recoleto afirma que «el hermano necesitado refleja el rostro de Cristo». «Son los brazos de la cruz abiertos para abrazar pero my conscientes de que le astil va disparado hacia el cielo».

Los pobres deben ser la prioridad. En primer lugar, como agustinos recoletos. «Por nuestro carisma religioso hemos de estar atentos a las necesidades de los hermanos», dice. Además, como obispos y sacerdotes hay que ocuparse del necesitado, siguiendo las directrices del Papa Francisco. Es la famosa frase: que el obispo tenga olor a oveja. «No se compra, se consigue estando cerca de la gente, que el obispo pasee por las calles…».

 

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¿Cuál es el reto de la Iglesia? La respuesta es fácil para el prelado de Chota. «Seguir en la línea de evangelización, -dice- de asumir todo lo que nos dice la ‘Evangelii Gaudium,’ poniendo siempre como motor el amor; y asumir, sin dejar el aspecto religioso, la encíclica de la ecología, ‘Laudato Si'».

Fortunato Pablo Urcey cree es «bueno» que haya obispos que sean además religiosos. «Tenemos un punto a favor porque hemos aprendido a vivir en comunidad, el uso de las cosas necesarias en la vida y no tener afán de atesorar; lo dice San Agustín en el Regla: ‘Lo más importante es necesitar poco'».

Los desafíos de la Iglesia de Chota son muchos, aunque el que más le preocupa es la proliferación de las sectas: «Confunden a la gente». Su sueño es el de tener unos religiosos bien formados, que fortalezcan a la Iglesia y a los cristianos.

#ObisposOAR es una serie de reportajes y entrevistas grabadas a obispos agustinos recoletos en los que analizan y dan su visión sobre la labor pastoral de la Iglesia

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