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Cinco preguntas (y respuestas) sobre el Sínodo de los Jóvenes 2018

Sínodo

¿Qué es un Sínodo?

El Sínodo de los Obispos es una institución creada por el Papa Pablo VI el 15 de septiembre de 1965, en respuesta al Concilio Vaticano II. Etimológicamente hablando la palabra «sínodo», derivada de los términos griegos syn (que significa «juntos») y hodos (que significa «camino»), y expresa la idea de «caminar juntos». Se trata de una reunión de obispos, habitualmente en el Vaticano, en la que tratan algún tema propuesto por el Papa y emiten su opinión. Sobre eso, el Santo Padre realiza una Exhortación Apostólica en la que indica las guías maestras sobre el asunto concreto.

¿Por qué un Sínodo sobre los jóvenes?

En este caso, el Sínodo de los obispos tiene como tema central «Jóvenes, fe y discernimiento vocacional». El Papa Francisco ha elegido este asunto con el objetivo de apostar con más intensidad y convicción por los jóvenes y su papel en la Iglesia. El documento pre-sinodal afirma que la Iglesia necesita aprender a escuchar y entender el modo en que los jóvenes viven la fe. Para ello, los obispos analizarán qué está haciendo la Iglesia actualmente por los jóvenes y qué debe mejorar para que las parroquias vuelvan a ser «lugares de encuentro», como indica el documento sobre el que se basará la reunión de obispos.

¿Qué asuntos relacionados con los jóvenes tratarán los obispos durante el Sínodo?

El Instrumentum Laboris para el Sínodo sobre los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional -documento oficial del Vaticano utilizado para la preparación y desarrollo de estos eventos- deja siete temas claves que tratarán los obispos en el Sínodo: escucha, acompañamiento, conversión, discernimiento, desafíos, vocación y santidad. Indica el documento pre-sinodal que los jóvenes quieren ser escuchados con empatía, buscan sentirse parte activa de la Iglesia y piden se acompañados, a nivel espiritual, formativo, familiar y vocacional. A nivel personal se enfrentan a continuos desafíos, entre ellos el de vivir su fe. Para ello, la Iglesia debe guiarles en el discernimiento y la vocación -expresada en varios ámbitos: familia, estudio, profesión, política…- y mostrarles el camino para la Santidad, que comienza en la juventud. Deja expreso además que la Iglesia necesita modificar su pastoral vocacional y su trato con los jóvenes.

¿Cómo será el proceso del Sínodo?
El Sí­nodo suele durar varias semanas y participan entre 200 y 250 obispos, con tiempo suficiente para afrontar las cuestiones en profundidad. Una vez finalizado se entregan las conclusiones y propuestas al Papa, para que él las pueda usar libremente como base de un documento magisterial.

En este caso, han acudido a este Sínodo 267 obispos -llamados padres sinodales-, que se reúnen en la Santa Sede desde el 3 al 28 de octubre. Además de los obispos, asisten superiores de órdenes y congregaciones religiosas, técnicos y asesores; en esta ocasión asisten como invitados jóvenes de diferentes partes del mundo. Entre ellos estará el Cardenal agustino recoleto de Panamá, José Luis Lacunza. El elenco completo de asistentes puedes verlo aquí. Durante estos días seguirán el Instrumentum Laboris e irán tratando en profundidad cada día los asuntos que propone el documento.

¿Qué importancia tendrá para los jóvenes este Sínodo?

La Iglesia desea acompañar a los jóvenes, ser para ellos ofrecer una respuesta a sus necesidades y a la situación a largo plazo. Este Sínodo cambiará previsiblemente la forma en la que la Iglesia trata y comunica a los jóvenes. Para ello se basará en los dos pilares del Sínodo: la fe y el discernimiento vocacional. Los obispos tratarán y propondrán modificar la forma en la que la Iglesia transmite la fe a los jóvenes. De esta forma, el Sínodo puede replantear la pastoral vocacional para que sea más acompañamiento y sea planteada como el camino que cada uno está llamado a seguir, ya sea a través del matrimonio, la vida consagrada o el sacerdocio.

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