El Prior provincial de la Provincia Santo Tomás de Villanueva apuesta por un joven con interioridad y que viva su fe en comunidad, «mostrando la alegría que siente al tener a Dios en su corazón»
La reflexión sobre el papel de los jóvenes que la Iglesia plantea para 2018 -a meses del Sínodo sobre los Jóvenes- hace pensar qué dios hay que mostrarle a la juventud. Es lo que plantea el Prior provincial de la Provincia Santo Tomás de Villanueva, Carlos María Domínguez. Conocedor de la juventud cristiano, es de la opinión de replantear qué Dios se le enseña a los jóvenes, «la novedad que trajo Jesús o un Dios lejano que es juez y da normas».
Ante todo, está la pregunta base para abordar la relación de los jóvenes y Dios: ¿La figura de Jesús y de Dios es para la juventud? «Dios es joven porque la juventud es novedad y Dios es siempre nuevo», dice Carlos María Domínguez. Se pregunta algo que él mismo responde: «¿Qué dios anunciamos a los jóvenes? Un Dios que plenifica, que da vida, que llena las expectativas del corazón, que da sentido a todo. Ese es el Dios que tenemos que anunciar, el que anunció Jesús».
No obstante, los jóvenes no deben esconderse en la Iglesia. «Un joven que se encierra en la Iglesia para vivir la fe -dice- y después no la lleva a su vida cotidiana, es un joven que no impregna con el Evangelio la realidad que le toca vivir». El objetivo a seguir es el de testimoniar y «mostrar la alegría que da el tener a Jesús en el corazón».
La forma de ser de un joven de las Juventudes Agustino Recoletas está clara. «Un joven con interioridad, que no tenga miedo en meterse en su corazón y escuchar allí la voluntad de Dios». En segundo lugar, la comunidad: «que sea profundamente comunitario, porque vivir la fe solo es suicida; la fe se pierde y el mundo te traga». Por último, «ese Dios encontrado en el corazón y compartido con los hermanos en la comunidad, transmitirlo a otros en la vida cotidiana».