El obispo agustino recoleto Caros Briseño Arch tomó posesión de la diócesis de Veracruz (México) en una ceremonia sencilla que contó con la presencia de multitud de obispos, sacerdotes y fieles llegados de distintos lugares del país. El nuevo obispo afirmó su deseo de acompañar a los fieles en el camino de Cristo y pidió una oración por su nueva labor pastoral
En el siglo XVI llegaron al puerto de Veracruz los primeros religiosos cristianos que pisaron México. Fue la puerta de la evangelización del país, una tierra histórica para la fe católica que este jueves vivió un momento histórico. El obispo agustino recoleto Carlos Briseño Arch tomó posesión de la diócesis de Veracruz convirtiéndose en su cuarto obispo. En una ceremonia sencilla aunque multitudinaria en el Seminario Mayor de la ciudad, el prelado se hizo cargo del obispado sustituyendo a Luis Felipe Gallardo, quien expresó su satisfacción por la labor realizada en la diócesis.
El agustino recoleto recibió el báculo de obispo de Veracruz después de que fuera leída la carta apostólica enviada por el Papa Francisco, a través del Nuncio Apostólico Franco Coppola, en la que hizo público el nombramiento de monseñor Briseño. El 12 de noviembre la Santa Sede anunció que sustituiría a monseñor Gallardo, después de que el hasta ahora prelado de Veracruz renunciara al cumplir 75 años. Posteriormente hizo la profesión de fe y el juramento de fidelidad.
La eucaristía fue concelebrada por varias decenas de obispos y sacerdotes llegados de distintos puntos de México. A Carlos Briseño le acompañaron, entre otros, el cardenal Carlos Aguiar, arzobispo primado de México, o el cardenal Norberto Rivera Carrera, arzobispo primado de México -diócesis de la que Briseño ha sido obispo auxiliar durante 12 años-. A todos ellos agradeció su presencia después de darle las gracias a Dios «por haberse fiado de mi».
A la familia agustino recoleta también dedicó algunas palabras. Briseño agradeció a los religiosos agustinos recoletos, «quienes colaboraron en mi formación y me han acompañado en todo momento». En la celebración estuvieron presente el Prior general de la Orden de Agustinos Recoletos, Miguel Miró, el Prior provincial de la Provincia San Nicolás de Tolentino, Sergio Sánchez, y el obispo agustino recoleto emérito de Alajuela, Ángel San Casimiro, entre otros.
En las palabras que dirigió al pueblo de Dios, el nuevo obispo de Veracruz se ofreció a los fieles con un mensaje: «Cuenten con mi persona». Aseguró que llega «con alegría y entusiasmo, sabiéndome instrumento de Dios para servirle y continuar el trabajo de los anteriores obispos». En este sentido, indicó que no emprenderá un camino nuevo sino que continuará con el trabajo. «Vengo a acompañarles a sumar esfuerzos; cada uno es importante y todos podemos colaborar con el reino de Dios en Veracruz».
Briseño se acordó especialmente de las familias de la diócesis. «Como pastor, quisiera acompañar a todas las familias», indicó, «en especial a todas aquellas que sufren la pobreza o la violencia». El obispo agustino recoleto también se centró en los católicos no practicantes: «Deseo que todos los bautizados de Veracruz que no han tenido un encuentro profundo con Cristo, lo tengan, para que se conviertan en verdaderos discípulos y como consecuencia en misioneros, propagadores de la verdad de Cristo, para que llenen su vida de esa luz de Cristo».
Briseño quiere que Veracruz sea «un faro de luz que irradie el resplandor de Cristo a todo el mundo», según indicó. Para ello pidió el apoyo y la oración de los sacerdotes, seminaristas, religiosos, religiosas y especialmente de los laicos, a los que les dijo que deben ser «luz allí donde les toca vivir» y que se conviertan «en la esperanza y en el amor para los demás en nuestra tierra veracruzana».
El arzobispo de la Ciudad de México, el cardenal Carlos Aguiar Retes en su homilía destacó ser sal y luz de la tierra y para esto hace falta caminar juntos, habló de la necesidad que tiene la iglesia de ‘sinodalidad’ y la misión del obispo de ser el primer servidor entre el pueblo de Dios para trabajar por la unidad y fraternidad dentro de la diócesis. El cardenal Aguiar dijo que «el ministerio episcopal es bajarse para ayudar a todos a caminar juntos, servir, acompañar y promover el camino juntos. Nunca olvidemos que para los discípulos de Jesús la única autoridad es la del servicio, y el único poder es el de la cruz».
Carlos Briseño comenzará ahora su labor pastoral en la diócesis de Veracruz, donde trabajará por la construcción de la paz y en la evangelización de la tierra por la que entró la fe en México.