El agustino recoleto Ismael Xuruc, misionero en la primera comunidad de Cuba, dirigió la primera catequesis de la Jornada Mundial de la Juventud Agustino Recoleta (JMJAR). Durante su charla hizo un recorrido a su vida religiosa y alentó a los jóvenes a que también fueran misioneros y ayudaran a los religiosos: «Ayúdennos con su vitalidad y su alegría para no alimentar la mediocridad»
La tercera nota distintiva de las Juventudes Agustino Recoleta (JAR) es la acción misionera de los jóvenes. Este punto fue el que trató en profundidad el agustino recoleto Ismael Xuruc, misionero en Cuba, en la primera catequesis de la Jornada Mundial de la Juventud Agustino Recoleta (JMJAR) en Panamá. Los más de 350 jóvenes que participan en el gran encuentro de las JAR recibieron un mensaje claro: ellos también son misioneros, aunque previsiblemente no estén en territorios de misión.
La misión de los jóvenes, dijo Ismael, comienza con sus amigos, especialmente con aquellos que no creen. «Nuestras actividades solo interesan a los que son de nuestro entorno, a los demás no les interesan», analizó. Llevar a cabo esta misión debe llevar consigo un encuentro con Jesús y un cambio de vida. «La misión -indicó Ismael- es tomarse en serio a Jesús, tomarse en serio la vida, viviéndola con radicalidad, sin mediocridad». Para ello, las comunidades JAR deben dar ejemplo: «Nuestras actividades deben comunicar nuestra experiencia vital con Jesús; vuelvan con Jesús». «Una comunidad JAR sin relación viva con Jesús no tiene futuro», afirmó.
Es Jesús quien debe ser el núcleo de la vida del cristiano, sobre todo del joven. «Es Jesús quien desea iluminar su vida; responder a los interrogantes que tienen que vivir día a día», dijo. Para ese encuentro con Jesús, Ismael dejó cuatro preguntas a los jóvenes: ¿Qué quiso introducir Jesús en el mundo? ¿Qué buscaba? ¿A qué se dedicó? ¿Dónde está el núcleo de su mensaje?
«Vitalidad y alegría de los jóvenes»
Ismael Xuruc insistió mucho en no caer en la mediocridad. «Si lo que hacen en sus parroquias ahora mismo no les convence, salgan de ahí. A Jesús tampoco le gusta que se queden ahí. Él siempre está dispuesto a guiarles en un futuro nuevo para sus vidas y para la Iglesia. Sean generosos y valientes».
También incluso habló de la mediocridad de los religiosos, de aquellos que están cansados con su labor. «Nos tienen que ayudar con su vitalidad y su alegría para no alimentar la mediocridad», dijo el agustino recoleto. Las comunidades JAR deben ser «más fraternas» y capaces de cuestionarse «si tienen presente en su comunidad el proyecto de Jesús».
La misión en Cuba
Sobre la misión en Cuba, que encabezó en febrero de 2018 junto a otros tres religiosos agustinos recoletos, Ismael Xuruc confesó que al comienzo estaba lleno de dudas aunque tenía algo que le convencía: «Me decían que en Cuba había mucha gente que había perdido la fe y tenían sed de Dios; era lo único que no me daba miedo, sino que para mí era un reto», afirmó. La labor ha sido más compleja, ya que «aquí tocaba empezar de cero, comenzar a entrar en la realidad de muchas personas».
Asimismo, también hizo un recorrido por su vida religiosa, comentando que hubo momentos en los que no le gustaba su labor. Por ello, a los jóvenes les dio una recomendación: «Si algún día les indican que deben hacer algo que no les gusta, oren a Dios para que les dé fuerzas de servir con todo lo bueno que tienen».
Concluyó con un último mensaje para que los jóvenes reflexionaran: «En Cuba me he encontrado muchos signos que me dicen que Dios no quiere dejarnos solos, que quiere construir junto a nosotros una vida más humana».