Freddy Daza realizó el pasado domingo la profesión solemne de sus votos. Venezolano, dio su sí definitivo a Cristo reafirmando su deseo de seguirle. «Creo que Dios llama a cada uno en su propia realidad», dice
El 10 de febrero de 2019 será recordado siempre por Freddy H. Daza. Fue en esta jornada, en el Convento Nuestra Señora del Buen Consejo de Monachil (Granada), cuando realizó la profesión solemne de sus votos como agustino recoleto. Rodeado de otros religiosos, jóvenes en formación y laicos de la Fraternidad Seglar, Freddy -venezolano- dijo sí a Cristo, reafirmándose en su deseo de seguirlo.
Como es habitual, se postró tumbado en el suelo con los brazos en cruz frente al altar antes de decir la fórmula de la profesión y firmar el acta. ¿Qué sintió en ese momento frente al altar? «He vivido este día con gran emoción», dice. La celebración del domingo ha sido, según explica, «el final de un largo recorrido en el que, junto a los hermanos, he ido profundizando en el carisma agustino recoleto y he dado hoy el sí definitivo para entregarme a esta familia y en ella a la Iglesia».
Freddy conoció la Orden de Agustinos Recoletos en un encuentro de pastoral juvenil. «Me hablaron del carisma, de todo lo que es ser agustino recoleto y esto me cautivó», recuerda. Concretamente hubo algo del carisma que le llamó la atención: «Lo fundamental, que es la vida en comunidad». A partir de ese momento decidió ingresar como agustino recoleto y comenzar el proceso vocacional. «Cada día más me afianzaba y me entrega mucho más a este carisma».
Este joven venezolano entiende que «ser agustino recoleto es más que un carisma; una vida». Freddy resume la vocación agustino recoleta como «entregarse a una comunidad de hermanos al servicio de la misma comunidad y de la Iglesia». Es así como un agustino recoleto «da gloria a Dios». «Este carisma no solamente te completa o te llena a través del apoyo de los hermanos; con todo ello construyes la Iglesia y así juntos se edifica juntos el Reino de Dios», responde.
Venezuela estuvo presente en la profesión solemne. Antes de concluir se rezó a la Virgen de Coromoto por la situación del país. El joven agustino recoleto tuvo muy presente en la celebración a familia y a su país. «Yo creo que Dios llama a cada una de las personas desde su contexto, desde su propia realidad; es ahí donde, sin importar su raza, su color, sus perspectivas de futuro hace este milagro y va, como dice San Agustín, convirtiéndolo».