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«En China fuimos una buena pieza dentro de un gran engranaje»

El libro ‘Gesta misional de los Agustinos Recoletos en China’, de José Manuel Romero, recuerda la labor que realizaron los misioneros recoletos en el país oriental en la primera mitad del siglo XX. El autor afirma que «la misión recoleta fue una expresión sobresaliente de la vitalidad misionera de la Iglesia»

Hablar actualmente de la misión de los Agustinos Recoletos en China resulta absolutamente distinto a hacerlo hace varias décadas. Entre 1924 y 1955, siguiendo las directrices que marcaba la Iglesia para la evangelización del país, los misioneros recoletos dejaron su vida por la fe: dieron testimonio y fueron perseguidos hasta la muerte.

Aunque esta importante labor nunca fue olvidada, pocos conocen la envergadura que tuvo realmente esta misión para el pueblo chino y para la Iglesia. Con esta premisa, el agustino recoleto José Manuel Romero ha escrito ‘Gesta misional de los Agustinos Recoletos en China’ (Provincia San Nicolás de Tolentino, 2019). En 544 páginas, el libro divulgativo -recién publicado en junio de 2019- repasa las tres décadas de evangelización y martirio de los misioneros en China. Su conclusión es clara: “Fuimos una buena pieza dentro de un gran engranaje”.

Se trata de la tesis doctoral del nuevo doctor en Misionología por la Universidad Urbaniana de Roma. Fue una petición del Prior provincial, quien rogó a Romero orientar sus estudios a la misión de los Agustinos Recoletos en China.

No le costó decidirse. Ya guardaba gran cariño a la misión desde que, siendo seminarista en Marcilla (Navarra, España), escuchó la situación que vivían los religiosos y el pueblo chino en boca del entonces Prior provincial y ahora Prior general, Miguel Miró. “A partir de ese momento nació en mí un gran afecto hacia aquellos hermanos que en medio de tantas dificultades sufridas habían sido capaces de mantener viva la llama de la fe y el carisma de la vida religiosa agustina recoleta”, recuerda en una entrevista en AgustinosRecoletos.org.

El libro es el fruto de 1.600 páginas de anotaciones y más de 6.000 páginas de más de 1.000 documentos leídos y seleccionados de todo el material encontrado sobre la misión. El resultado son seis extensos capítulos que abarcan desde 1924 a 1955. El apartado más amplio, de 280 páginas, incluye el estudio historiográfico de la misión de Kweiteh y las distintas etapas que pasó hasta convertirse en Diócesis. Recuerda además a los religiosos chinos que sufrieron persecución, campos de concentración y murieron.

Para José Manuel, uno de los hitos del proceso de investigación para realizar este libro ha sido encontrar la figura de Fray Venancio Martínez. Para el autor, “un fraile que, habiendo muerto en la misión durante la época de aislamiento, tras sólo diez años de sacerdocio, gran misionero y de gran figura espiritual con fama de santidad, había quedado relegado al olvido de los archivos”.

En este proceso ha tenido la oportunidad de visitar China. “Recuerdan con gratitud a los religiosos agustinos recoletos misioneros españoles en general, de ellos en especial a los que fueron obispos, monseñor Francisco Javier Ochoa y monseñor Arturo Quintanilla”, dice.

Hay reflejos de esta historia misionera en la actualidad. Asegura el autor que “en esta grande historia misional china y recoleta podemos ver un ejemplo para el tiempo presente”.

La labor misionera que recoge Romero en su nuevo libro ha sido tomada como ejemplo para las misiones de la Iglesia. “Que la misión recoleta fue una expresión sobresaliente de la vitalidad misionera de la Iglesia tal como había sido concebida y proyectada en los documentos de los papas y en las disposiciones del concilio de Shanghái, cumpliendo su misión con satisfacción”, afirma el autor.

Pintura que ilustra la portada, obra del artista Santiago Bellido.

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