Los jóvenes de las JAR de Bogotá celebraron recientemente un día de retiro para reflexionar sobre la Pascua y profundizar en su vida comunitaria. Para muchos, ha sido una experiencia única en la que se han encontrado con Jesús Resucitado
El tiempo de Pascua que ha concluido ha sido una oportunidad para buscar a Dios, vivo y presente en la vida cotidiana. Los jóvenes de las JAR de Bogotá (Colombia) así lo hicieron. Semanas después de la Pascua, celebraron un retiro en el que profundizaron en su encuentro con Dios, o incluso lo tuvieron.
El agustino recoleto Andrés Aguilera, que acompaña a los grupos JAR de la capital colombiana, explica que el retiro tenía como objetivo «que se sientan más jóvenes agustinos recoletos». La actividad buscaba además «que se conozca entre ellos, que vivan una experiencia de fraternidad y con Jesús», a través de la palabra y de la eucaristía, pero además a través de su propio ‘yo’.
Y esto se cumplió. Después de varias horas de reflexión, adoración y también diversión, Laura afirma que «tuvimos un encuentro con Jesús». Asegura que ella se dio cuenta de que debía deshacerse de todo lo que no necesitaba en su vida.
En este sentido, otro de los jóvenes apunta que «podemos tener muchas cosas en la vida, pero sin Él no vamos a encontrar la verdadera felicidad».
En este encuentro, los jóvenes no estuvieron solos. Además de los religiosos que suelen realizar el acompañamiento -aun en fase de formación-, estuvieron junto a ellos las monjas agustinas recoletas y las misioneras agustinas recoletas. Ambas coinciden en que fue una «suerte» compartir con los jóvenes.
De esta forma, los jóvenes de Bogotá han fortalecido su fraternidad. Y es que, como dice Armando, otro de los jóvenes, «ser JAR es más que un grupo, es tener una familia».