La Parroquia San José de Queluz se encuentra en Belém do Pará, en plena Amazonia brasileña. Los ‘marajoaras’ desarrollan su vida cristiana en este templo de los Agustinos Recoletos que guarda especial devoción a San José y Santa Rita.
La ciudad de Belém está ubicada al norte de Brasil, cerca de la desembocadura del Río Pará y del Río Amazonas, al norte del archipiélago de Marajó, cuya isla principal separa estos dos grandes ríos. La Isla de Marajó viene a ser la mayor isla fluvial-marítima del mundo.
Belém de Pará, como es más conocida, es una ciudad con más de dos millones de habitantes. Llamada la “Metrópoli de la Amazonia”, también es conocida como la “Ciudad de los mangos», pues este árbol está muy presente por toda la ciudad. Su clima es ecuatorial y húmedo pues está un poco por debajo de la línea del Ecuador. Es un clima lluvioso la mayor parte del año. Llueve todos los días y el período de los primeros meses del año es llamado «invierno amazónico», por llover tanto.
La ciudad fue fundada por los portugueses el día 12 de enero de 1616. La colonización dejó huella en la arquitectura y en la cultura de nuestra gente, que llevaba impresa la huella de la cultura indígena local. En la religiosidad, el pueblo de Belén es muy mariano, celebrando el segundo domingo de octubre su gran fiesta: el llamado «Cirio de Nazaret». La Archidiócesis de Belém es una de las más antiguas de Brasil y este año de 2019 tiene lugar la celebración jubilar de los 300 años de fundación.
Los frailes agustinos llegaron a la región a principios del siglo XIX. Antes de convertirse en responsables de la parroquia San José de Queluz estaban a cargo de la parroquia San Juan Bautista, en la parte más histórica de la ciudad. Desde 1959 los frailes agustinos recoletos son los responsables de la administración de la parroquia San José de Queluz, que antes estuvo bajo la responsabilidad de los frailes capuchinos y después de los sacerdotes diocesanos.
La parroquia tiene muchos desafíos en un barrio muy poblado y con mezcla de clases sociales. Además de la sede parroquial, con un templo para 1200 personas, cuenta con cinco Comunidades Eclesiales de Base (CEBs) y una capellanía dominical de la congregación de las Hermanas de la Preciosísima Sangre de Jesús.
El barrio antes se llamaba Queluz pero ahora se llama Canudos. Tiene una población de casi 20 mil habitantes, y un 68% de la población tiene una edad comprendida entre los 15 y los 64 años. El pueblo ayudó a construir el actual templo en las décadas de los 50 y 60. Fue una obra descomunal para la época.
Pastoralmente es una parroquia llena de vida con más de cuarenta grupos pastorales y movimientos. El sábado y el domingo suelen celebrarse entre nueve y diez misas.
Los frailes introdujeron las devociones agustinianas, siendo la más popular y concurrida la novena de Santa Rita de Casia todos los jueves. También se celebra la novena en honor a San José, y otras devociones destacadas como la de Nuestra Señora de la Consolación y Correa, San Ezequiel Moreno, San Agustín y la Asociación de madres cristianas santa Mónica.
El barrio últimamente se vio rodeado de sectas evangélicas neopentecostales que ofrecen «milagros» y soluciones rápidas, y que constituyen un gran desafío para la evangelización hoy en día.
El mundo moderno ofrece muchas dificultades, pero al mismo tiempo provoca a los religiosos y fieles a permanecer firmes en la fe. Trabajar con los jóvenes y contagiar la fe a la nueva población del Barrio es un gran objetivo a alcanzar.
Actualmente la comunidad religiosa, tras la reestructuración de la Orden, está constituida por seis religiosos: cuatro frailes sacerdotes y dos frailes de votos solemnes. Unidos a la parroquia están el Centro Social San Agustín, que atiende a los que más lo necesitan, y el Seminario Santo Tomás de Villanueva, que recibe a los aspirantes. La casa religiosa también es casa de apoyo y acogida de los frailes agustinos recoletos que trabajan en la Prelatura de Marajó.
La parroquia sigue pujante y abierta a esta nueva evangelización con la impronta de nuestro carisma agustino recoleto.
Luís Carlos Albim OAR
Párroco San José de Queluz
Artículo publicado en el Anuario OAR 2018