Santa Mónica sigue siendo modelo para miles de mujeres que desean vivir imitando su ejemplo, velando por la fe de sus hijos. Las «Madres Mónicas» surgieron en Madrid, en 1987; la Asociación ahora se halla presente en dieciséis países.
En 1987, el agustino recoleto Lorenzo Infante promovió en la Parroquia Santa Rita, Madrid, la formación de un grupo de fe animado principalmente por la inquietud de varias mujeres que deseaban ser faros en la religiosidad de sus hijos, como lo fue santa Mónica para san Agustín. El grupo estaría conformado exclusivamente por madres, y sería un espacio de oración y crecimiento espiritual. Así fue erigida como Asociación Pública de Fieles la “Comunidad de Madres Cristianas Santa Mónica”, conocidas como «Madres Mónicas».
Su presencia se ha extendido a dieciséis países: España, Hungría, Inglaterra, Argentina, Brasil, Canadá, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, México, Perú, Puerto Rico, Venezuela y Filipinas. Son miles de madres las que, en la actualidad, imitan el ejemplo de santa Mónica, quien es para ellas referente en la educación espiritual de sus hijos. De la misma forma, la Orden de Agustinos Recoletos continúa apoyando su labor, y entiende que la nueva evangelización pasa por la promoción de la mujer y de la madre, por la defensa de la vida y del matrimonio.
La finalidad de las «Madres Mónicas» es netamente religiosa: las asociadas oran para mantener viva la fe de los hijos, la de los propios y ajenos. Sus objetivos son claros: fijar, consolidar y perfeccionar la fe de quienes la han recibido, y procurar que la recobren los que han tenido la desgracia de perderla. Asimismo, lograr que los hijos, se mantengan firmes en la fe, y sepan trasmitirla a todos los ambientes sobre los que puedan influir.
Desde los inicios, este grupo de fe propuso a santa Mónica como modelo, pues ciertamente lo es de esposa y madre cristiana. Efectivamente, con su paciencia y con su oración, desde la firmeza de su fe, logró convertir a su esposo, y llevar a su hijo san Agustín a conocer a Cristo y a vivir el Evangelio.
Las «Madres Mónicas» adquieren dos compromisos cuando pasan a formar parte de la asociación: oración diaria por la fe de los hijos, propios y ajenos, y formación continua y permanente como madres cristianas.
Diecisiete siglos después, santa Mónica continúa inspirando a miles de madres, que desean seguir su ejemplo: ser mujeres firmes en la fe y fundamento de la familia cristiana en la sociedad.