Te contamos

«Todos somos misioneros y enviados porque somos bautizados»

El agustino recoleto José Alberto Moreno fue el protagonista de un nuevo encuentro digital en Facebook sobre la misión, en el que trató diferentes aspectos relacionados con el Mes Misionero Extraordinario. «Ser misionero es llevar el mensaje de Cristo allí donde lo necesitan». 

La misión se trasladó este martes a las redes sociales, concretamente a Facebook. El agustino recoleto José Alberto Moreno, misionero en Brasil durante más de una década, protagonizó el encuentro digital en Facebook Live para todos los seguidores de la Orden de Agustinos Recoletos. En la línea del Mes Misionero Extraordinario convocado por el Papa Francisco para este mes de octubre, el religioso habló y respondió preguntas sobre la misión, que, según indicó, consiste en «llevar el mensaje de Cristo allí donde lo necesitan». 

La misión que José Alberto Moreno ha desempeñado durante 12 años en Fortaleza (Brasil) es singular. Explicó las particularidades de ser misionero en el Lar Santa Mónica, institución de los Agustinos Recoletos que acoge a cerca de media centenar de niñas víctimas de violencia sexual. «Es una experiencia dura y emocionante», y añadió: «Imagina que tienes cuarenta hijas y debes cuidar de todas».

En Fortaleza o en cualquier otro lugar, el misionero debe tener fe. Asimismo, el religioso puntualizó dos aspectos del misionero: «La gratitud a Dios porque nos ama; y la faceta social, nos mueve el mejorar la vida de las personas». Esa mezcla hace que religiosos y sacerdotes den la vida por los demás con el objetivo de llevar la Palabra de Dios a todos los rincones, y además construir un mundo mejor.

No obstante, esta misión, según José Alberto Moreno, es extendida para todos los creyentes: «Todos podemos ser misioneros». «Todos somos misioneros y enviados porque somos bautizados», dijo. Desde cualquier lugar, la misión se puede hacer con el propio ejemplo, pero además con tres ideas que expuso: la oración, la caridad con las misiones o el voluntariado misionero -en el Lar Santa Mónica o en otros lugares-. Estas dos últimas se pueden realizar, por ejemplo, a través de ARCORES. 

Lo difícil de la misión: «Lo que nos hace llorar»

Preguntado por lo más difícil de la misión, el agustino recoleto respondió: «Lo más difícil tal vez es aquello que nos hace llorar; el misionero no puede no llorar». Lágrimas que, explicó, son ocasionadas por la impotencia y la pena que provocan las terribles historias que deben vivir en primera persona. «A veces no puedes más que llorar con ellos», indicó. 

¿Y el día a día del misionero? «Cada día, cuando te levantas, debes saludar al Señor y dejarte saludar por él; mirarle y dejarte mirar por él. Y entones preguntarle: ¿qué me tienes preparado para hoy», dijo. «La vida del misionero es emocionante». 

Haciendo un paralelismo con la parábola del Buen Samaritano, José Alberto explicó que «cada día hay que fijarse quién está al borde del camino necesitado de ayuda y cargarlo en el mulo para llevarle hasta la posada y curarle las heridas». Del mismo modo, en Fortaleza recibía «niñas nuevas con problemas diferentes». 

El cóctel de la ‘bebida misionera’

De forma graciosa, el protagonista del Facebook Live enumeró tres ‘ingredientes’ para hacer un buen ‘cóctel misionero’: «Mucho amor, mucha fe y mucho sentido del humor». Con todo ello se hace un buen misionero, capaz de llevar el Evangelio a cualquier rincón, superando los obstáculos del camino. 

José Alberto Moreno también trató otros temas, como el Sínodo de la Amazonia, del que espera se cumpla lo que el Papa Francisco ha pedido: «Un paso más en la Iglesia en salida, sin cerrarnos y respetando a las culturas, al hombre y a la naturaleza, ideando nuevos caminos». 

X