Los centros educativos agustinos recoletos han tenido que adaptar su plan educativo de lo presencial a lo virtual para seguir educando a los jĆ³venes pese al coronavirus.Ā
Desde hace varias semanas las aulas de los centros educativos agustino recoletos ya no son las mismas. Los alumnos madrugan, pero no para ir a la escuela sino para asistir a clase frente al ordenador. La crisis mundial por el coronavirus ha trastocado la forma de enseƱar de los docentes y obligado a impartir sus asignaturas por la vĆa virtual. Es la Ćŗnica soluciĆ³n posible frente a la suspensiĆ³n de clases como medida de prevenciĆ³n contra el coronavirus.
La situaciĆ³n es vista desde distintos prismas. En EspaƱa, donde los efectos del coronavirus estĆ”n siendo devastadores, la educaciĆ³n ha modificado toda su actividad para una circunstancia que se podrĆa extender meses. El agustino recoleto Juan Luis GonzĆ”lez, director del Colegio San AgustĆn de Valladolid, considera Ā«un verdadero dramaĀ» lo que se ha originado para la educaciĆ³n.Ā Ā«Educar en la distancia y de forma virtual- dice- no es lo mismo que el contacto real y la relaciĆ³n fĆsica; ese tĆŗ a tĆŗ, entre educador y educando, me parece bĆ”sico y fundamental, yĀ no se puede romperĀ». Asimismo, para Ć©l resulta Ā«tristeĀ» ver sin vida aulas y pasillos que irradiaban vitalidad cuando los alumnos estaban allĆ.
Carlos Zunino es representante legal del Colegio San AgustĆn de Mar del Plata (Argentina). Como en Europa, se vieron obligados a cerrar las puertas del centro por las indicaciones del Gobierno argentino y trasladarse al aula virtual. Ante esto, los docentes del centros Ā«no perdieron el entusiasmo y aplicaron toda la energĆa en garantizarles a los alumnos la continuidad pedagĆ³gicaĀ», afirma. Para este centro agustino recoleto, las circunstancias son mĆ”s dolorosas por celebrar este aƱo el 50 aniversario de la instituciĆ³n educativa. Pese a ello, seguirĆ”n haciendo comunidad: Ā«Vivimos una Ć©poca en donde el carisma comunitario se vive con intensidad, gracias a la total predisposiciĆ³n de todos los recursos humanos del centroĀ».
Clases y exƔmenes online
Pese a lo negativo de la separaciĆ³n que propicia lo virtual, para Juan Luis son herramientas Ćŗtiles. Ā«Podemos mantener un contacto cercano y prĆ³ximo, no tan rico como el presencial, pero sĆ que favorece el estudio, los trabajos y continuar con el hĆ”bito de estudioĀ», afirma. Gracias a que este centro contaba con numerosos recursos informĆ”ticos, la puesta en marcha de alternativas virtuales ha sido sencilla. Lo mismo ha ocurrido en Mar del Plata: Ā«Nuestro centro educativo cuenta con todos los recursos para seguir funcionando en esta contingenciaĀ». AsĆ todo ha sido mĆ”s fĆ”cil. Se han diseƱado planes de continuidad y, lo mĆ”s importante, realizar evaluaciones online. El Colegio San AgustĆn de Valladolid tenĆa previsto realizar los exĆ”menes cuanto estallĆ³ la crisis y han podido realizarlos de forma telemĆ”tica gracias a estos recursos.
La enseƱanza con las nuevas tecnologĆas es posible. El director del colegio espaƱol piensa que son Ā«una forma vĆ”lida y moderna de
acceder a la informaciĆ³n, que es mĆ”s potente que la tradicionalĀ», en cuanto a la manera de aprender y la utilizaciĆ³n de medios que serĆ”n Ćŗtiles en una futura vida laboral. Incluso para la educaciĆ³n, esto puede suponer un punto importante de cara al futuro. AsĆ lo ve Carlos Zunino: Ā«El aislamiento que estamos atravesando dejarĆ”, sin duda, consolidado el ingreso de la tecnologĆa como herramienta indispensable para la educaciĆ³n; ya nadie nunca mĆ”s discutirĆ” si es Ćŗtil o no recurrir a la tecnologĆa como soporte o herramienta didĆ”cticaĀ». Ā«Lo que sĆ es cierto es que la tiza ya ha pasado a mejor vida y que esta crisis estĆ” abriendo un antes y un despuĆ©s en la educaciĆ³nĀ», apostilla con ironĆa Juan Luis GonzĆ”lez.
Se empieza y se acaba a la misma hora
Los alumnos de Mar del Plata han acogido estas novedades forzosas de forma Ā«muy satisfactoriaĀ», algo similar a lo que ha experimentado la comunidad educativa de Valladolid, donde se continĆŗa con el mismo horario. Ā«Hay profesores que ofrecen sus clases a la misma hora o estĆ”n conectados con los alumnos para aclarar dudas, explicarles los temas o solucionar problemasĀ», explica. Igualmente, aunque las clases no se dan en directo, los profesores realizan grabaciones con nuevas lecciones.
Asimismo, surgen iniciativas de todo tipo. En el colegio que dirige Carlos Zunino, los alumnos propusieron planes nuevos: Ā«plantean hacer cosas distintas como trivial o juegos en lĆnea con propĆ³sitos acadĆ©micosĀ». En esta situaciĆ³n de alarma y crisis, ademĆ”s de intentar continuar con la vida normal, se buscan otras dinĆ”micas que despejen la mente y ayuden a pensar en positivo frente a lo negativo que se sucede fuera de sus casas.
ĀæDificultades? Muchas
Como ocurre en muchos otros Ć”mbitos, no todo siempre es positivo. Hay dificultades, y muchas. La primera de ellas, los problemas de conectividad que pueden existir en los hogares de docentes y alumnos, asĆ como incovenientes con los mismos aparatos tecnolĆ³gicos. Para el responsable del colegio de los Agustinos Recoletos en Mar del Plata, el principal problema es Ā«la falta de formaciĆ³n en clases virtualesĀ». Y es que muchos docentes no tienen conocimientos suficientes para desarrollar al completo su asignatura de manera online.
Por otro lado, los alumnos echan en falta su colegio. Ā«Incluso algunos alumnos que repudiaban al colegio estĆ”n con ganas de regresarĀ», afirma Juan Luis GonzĆ”lez. El distanciamiento y el confinamiento estĆ”n siendo complicado desde el punto de vista anĆmico para los niƱos.
Y otro problema que lleva esta situaciĆ³n particular: que cualquier miembro de la comunidad educativa caiga enfermo de coronavirus, como apunta Carlos Zunino. En este caso, algĆŗn alumno podrĆa estar tambiĆ©n infectado y serĆa necesario poner en marcha protocolos de aislamiento y seguimiento.
La comunidad virtual es posible, pero quizĆ”s solo se pueda sostener por un tiempo limitado. Mientras que dure la situaciĆ³n de emergencia, los centros educativos agustinos recoletos trabajarĆ”n para no alterar en exceso los planes y, sobre todo, no perder la esencia comunitaria de la escuela agustiniana. Como dice Juan Luis GonzĆ”lez, Ā«se podrĆ” aguantar mucho, pero no se podrĆ” superar el vacĆo del corazĆ³n y la soledad de las distanciasĀ».