El autor reflexiona sobre la vida después del coronavirus, qué actitudes se deben adoptar para recomenzar tras este tiempo.
La vida siempre nos regala muchas oportunidades. Una de ellas es el empezar de nuevo. Reiniciamos algo por varias razones: porque nos vemos obligados, por malas decisiones, porque nos equivocamos de camino, alguna situación que simplemente nos supera (nos despidieron del trabajo, una inversión mal administrada, un accidente, una enfermedad, una pandemia como el COVID-19), el final de un curso lectivo, el término de una relación… o, en fin, porque simple y sencillamente decidimos hacer una pausa para RECOMENZAR.
Creo que estamos hechos para recomenzar. Como seres humanos tenemos esa capacidad, entre otras muchas. El Recomenzar es muy valioso, pero no siempre es fácil. Necesitamos de algunos puntos claves que nos ayuden a dar el paso.
Nuestra sociedad está recomenzando. Después de este tiempo difícil de pandemia, es el momento de reflexionar y obtener el conocimiento de lo que hemos vivido en estos meses de confinamiento para recomenzar con sabiduría. Con mucha conciencia nos lo decía el papa Francisco “prepararnos para el después es importante”, y ese después está llegando.
Las pautas de cómo hacerlo es muy subjetivo y propio de cada grupo, institución, estado, o persona. Sin embargo, como individuos sí que necesitamos algunas actitudes básicas para poder recomenzar y vivir la nueva oportunidad que tenemos, es decir, volver a la “nueva normalidad”.
Les comparto algunas actitudes básicas, que, aunque no son nada originales, nos recuerdan de ejes importantes en nuestro proceder como personas y como cristianos:
- Escuchar tu interior. Es la actitud principal y es muy personal. Consiste en que te escuches y recomiences desde lo que dice tu interior. Solo tú tienes la llave para el cambio.
- Proceder con Paciencia: Todo tiene su ritmo, es bueno entenderlo y disfrutarlo. El deseo grande de recomenzar nos puede llevar a precipitarnos, por eso es importante vivir con paciencia cada etapa. Por ejemplo, para reiniciar el ejercicio después de mucho tiempo parado hay que hacerlo gradualmente. ¡Paciencia! no quieras correr 10 km a la misma intensidad con la que lo hacías en plena forma. Así con las demás cosas.
- Actitud Esperanzadora: La esperanza tiene que estar para recomenzar bien. La esperanza nos ha acompañado durante este camino difícil. Ella siempre es una excelente compañera. El papa francisco nos dijo una vez: Sin esperanza no hay fe. La esperanza es vivir en tensión, siempre, sabiendo que no podemos hacer el nido aquí: la vida del cristiano está «en tensión hacia». Si un cristiano pierde esta perspectiva, su vida se vuelve estática y las cosas que no se mueven se corrompen. Un detalle más, la paciencia y la esperanza van juntas. (Rm 8,25).
- Vivir el aquí y el ahora: nos puede ayudar a centrarnos en lo que queremos, a hacernos más sensibles a lo que está pasando a nuestro entorno, e incluso es una muy buena opción de recordar que el presente es lo único que tenemos. Nos ayuda a reenfocarnos para vivir con pasión nuestra vida, vocación y proyectos.
- Pensar en el bien común: no estamos solos en el mundo, vivimos en “armonía” una casa común. Nos recuerda el papa sobre el vivir en una relación armoniosa: Muchas veces perdemos la visión de la armonía: la armonía es obra del Espíritu Santo. Incluso en la casa común, en la tierra, también en nuestra relación con la gente, con el prójimo, con los más pobres, ¿cómo podemos retomar esta armonía? Necesitamos un nuevo modo de mirar nuestra casa común… Para nosotros creyentes, el mundo natural es el “Evangelio de la Creación”, que expresa la potencia creadora de Dios al plasmar la vida humana y al hacer que el mundo exista, junto lo que contiene para sostener a la humanidad.
- Estar en Modo de Solidaridad: estar con la disposición de ayudar siempre que se pueda, con las posibilidades que tengamos. Gracias a Dios siempre tenemos algo para ofrecer. Dice el padre Miguel Miró: Ante esta situación que vive la Humanidad no podemos recluirnos y preocuparnos por lo “mío” y lo “nuestro” sino por el bien común. Ahora necesitamos estar unidos. Todos nosotros tenemos la misión de ser solidarios y contagiar esperanza.
La Fe, el respeto, la empatía y la alegría también son actitudes básicas para recomenzar con sabiduría.
Como seres humanos tenemos un reto muy grande. Creo que los momentos difíciles y de sufrimiento que hemos vivido, nos han confrontado. Ahora los relojes comienzan de nuevo a marcar los tiempos en los pueblos y en las grandes urbes, el transito se tornará lento de nuevo, las agendas nos recordarán la multitud de trabajos y compromisos que tenemos y todo eso es “bueno”, pero con todo eso, ojalá que no se nos olvide que lo más importante es que somos una humanidad, personas con un corazón para amar y ser amados y, hombres y mujeres vulnerables con razones para vivir.
Ánimo y mucha sabiduría a todos en este recomenzar post COVID-19. Que el Espíritu de Dios nos guíe.
Jorge Quirós OAR